LA IGLESIA EN LA GRAN TRIBULACIÓN
Implicancias soteriológicas
“Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús” Romanos 8:1
El asunto del lugar en donde se posiciona el arrebatamiento de la iglesia en la línea de tiempo profético, no es un tema irrelevante como muchos enseñan hoy, sino que es de suma importancia, dada las implicaciones directas en la doctrina de la salvación (soteriología).
Es decir, Ud. pone a la iglesia “pasando por el tiempo del juicio de Dios o “día del Señor”, y las bases de la salvación (específicamente el asunto penal de la justificación) solo por gracia por medio de la fe, se socava inmediatamente. O enseñamos que ya somos salvos; perdonados, justificados y librados del juicio venidero y eterno de Dios; o seguimos los lineamientos de Roma, que insiste en salvación por obras, por perseverancia y por méritos. Esto sí que es serio. El autor de hebreos advirtió solemnemente a quienes seguían argumentando que la salvación no solo era por Cristo, sino que por obras, sacramentos y meritocracia. (Lea hebreos 10: 26-29) Con el objetivo de restar importancia a la doctrina del arrebatamiento pre tribulacional, predicadores actuales, enseñan que es una doctrina de tercer grado de importancia, por lo tanto, se debe olvidar desde los púlpitos; y es eso lo que justamente esta ocurriendo.
Por ejemplo, el Dr. Miguel Nuñez (pastor de la iglesia bautista internacional IBI de Republica Dominicana) y miembro del concilio del portal neo calvinista TGC (Coalición Por el Evangelio) , que, aunque se declara partidario de la escatología pre-milenial y del arrebatamiento pre-tribulacional con la perspectiva de inminencia, no obstante, ha cedido en la vital importancia de estas doctrinas, argumentando que las tales no son relevantes al momento de predicar el evangelio y en la enseñanza de la iglesia. Él declaró: “…cuando se toma una doctrina que es de tercer grado y la coloco en el lugar de doctrinas de primera categoría, entonces termino en un legalismo. Tomemos el rapto de la Iglesia como ejemplo: que, si va a ser al principio, en el medio, o después del período de la tribulación, o incluso si va a ocurrir. Esta es una doctrina de tercer grado, y no forma parte de la columna vertebral de la fe cristiana” (Fuente: http://integridadysabiduria.org/errores-a-evitar-en-el-ejercicio-del-discernimiento-espiritual)
Esta declaración nos permite confirmar que el Dr. Núñez ha aceptado literalmente la enseñanza del Dr. Mohler respecto a categorizar las doctrinas bíblicas en doctrinas de prier, segundo tercer grado, etc. Él llama “legalismo” poner en alto la enseñanza de la importancia de la escatología. Con toda la sinceridad que pueda tener el Dr. Núñez, creemos que, por sus declaraciones, está rotundamente equivocado al suscribir el “triage” teológico del Dr. Mohler. El Dr. Nuñez declara que no es relevante el asunto de la ubicación en la línea de tiempo del arrebatamiento de la iglesia, incluyendo la osada frase: “o incluso si va a ocurrir…”. Pero si observamos solo la biblia, despegándonos de la fuerte influencia neo calvinista y del legado de la patrística, nos daremos cuenta de que el arrebatamiento de la iglesia debe ser ubicado necesariamente antes del período llamado “gran tribulación”. Es imprescindible descubrir el asunto de la penalidad del pecado que conlleva el tiempo de juicio durante el período del “día del Señor”.
La pregunta que debemos formularnos es: ¿la iglesia de Cristo debe pasar por un tiempo de juicio en donde los pecados puedan ser purgados mediante un castigo? O ¿La iglesia de Cristo debe pasar por un tiempo de juicio para demostrar que su fe es verdadera? La verdad que, para ambas preguntas, la respuesta es un categórico: NO. Ni es necesario purgar pecados, como tampoco es necesario demostrar a nadie que la fe es verdadera mediante la transición en un tiempo de castigo.
De lo contrario, las implicancias soteriológicas serían muy graves, ya que tendríamos que consecuentemente decir que la salvación no está consumada en la cruz del Gólgota, y que, por lo tanto, la salvación sería por obras o meritocracia, tal cual algunos sostienen basándose en Mateo 24:13: “mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo”. Por supuesto que aquí “la madeja” se enreda aún más “gracias” a la exegesis antojadiza de muchos que buscan llegar al cielo por méritos; porque es sabido que en Mateo 24 no aparece la iglesia en la recta del tiempo profético.
Como diría el profesor Ch. Ryrie: “bajar lo complejo a lo simple…”. Si la iglesia está compuesta de individuos; hombres y mujeres pecadores perdonados judicialmente de todos los pecados: pasados, presentes y futuros; Si los tales han sido hechos hijos de Dios mediante la regeneración y la adopción, y han pasado de muerte ha vida, y no vendrán a condenación; Si han sido sellados con el Espíritu Santo, y los nombres de cada uno han sido inscritos en el libro de la vida; Si han sido puestos a salvos en la potente mano del Creador desde la cual nada ni nadie los puede arrebatar, ni nadie les puede separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús; ¿Qué sentido tiene entonces que la iglesia pase por un período de juicio? ¿Acaso hay penalidad pendiente para quienes están en Cristo?
He aquí algunas razones bíblicas de que la iglesia no puede pasar por un período de juicio llamado “gran tribulación”:
1.Porque Cristo dijo desde la cruz: “consumado es” (Juan 19:30). Esto significa que la obra de la redención fue consumada plena y eficazmente en la cruz. Sería un insulto a Dios y a la obra todo suficiente de Su Hijo nuestro Señor y Salvador Jesucristo, decir que todo creyente salvo por gracia por medio de la fe, deba purgar pecados o demostrar su fe mediante el tránsito por un tiempo de juicio. El Señor dijo:
“De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, más ha pasado de muerte a vida”. Juan 5: 24
La biblia es precisa en indicar el tiempo presente de la salvación. No dice < tendrá > ni menos < tendría > como sujeto al futuro o la condicionalidad de éste, sino que con clara certeza el texto señala: < tiene vida eterna > en un glorioso presente. Nada de lo que venga el futuro podrá alterar la seguridad que cada creyente goza en un sentido presente su salvación. Pablo decía: “Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro” Romanos 8: 38-39
2.Porque la gran tribulación es un tiempo de juicio en donde Dios desata su ira. Pablo enseña que la ira de Dios está sobre los inconversos (Romanos 1:18) y no sobre los creyentes (Romanos 5: 8-9; 1ª Tesalonicenses 1:10; 5:9). La ira de Dios es una manifestación del carácter justo de Dios que no pasará por alto el pecado, por lo tanto, es muy grave concebir la idea de que la iglesia deberá pasar por un período de juicio (ira de Dios). Eso es ir en contra de la enseñanza de nuestro Señor Jesucristo quien enseñó:
“El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” Juan 3:36
En este pasaje nuevamente vemos que el verbo “tener” en tiempo presente, declarara la seguridad del creyente en un sentido consumado; no es futuro ni condicional. Es certeza y seguridad absoluta. Sin embargo, para el NO creyente, la situación es grave y terrible: “la ira de Dios esta (permanece) sobre él”. Pero para los salvados en sentido presente, la ira de Dios ya no está, ni estará en el futuro, porque la obra de Cristo en la cruz aplacó de una vez y para siempre, en beneficio de los creyentes, toda manifestación de la justa indignación de Dios por causa del pecado. Esto se conoce como < propiciación > Estimado lector ¿le toma el peso a lo que significa enseñar (osadamente) que la iglesia va a pasar por un periodo en donde la ira de Dios se desatará como nunca en la tierra? ¿Acaso la obra de Cristo no logró propiciar (aplacar la ira de Dios) para quienes son salvos por gracia por medio de la fe?
3.Porque no hay ninguna penalidad pendiente para lo que están en Cristo. Debido a la esencia de elementos jurisprudenciales que lleva consigo la salvación, no podemos dejar de mencionar elementos tan marcados como lo es la implacable ley de Dios, la culpa o penalidad del pecado, el imputado y culpable (todo ser humano), los archivos y decretos (expedientes), el fiscal o acusador (el diablo), el Abogado defensor (Jesucristo), el Juez (Dios) y la sentencia (la condenación). En este escenario de tribunal, aparece un concepto que se llama “la pena del pecado”. Es el aspecto judicial del pecado. La biblia dice que todo ser humano es pecador (Romanos 3:23), y que la paga del pecado es la muerte (Romanos 6:23a). Sin embargo, la buena noticia (evangelio) es que hay salvación eterna para los pecadores que creen al Hijo de Dios y descansan en la obra todo suficiente de la cruz. Pablo presenta con absoluta claridad esta bendita doctrina en muchos pasajes. Veamos solo 3:
“siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús” Romanos 3:24
Aquí aparece la palabra “justificación” que no es si no, una declaración judicial de imputación de inocencia a aquel culpable, solo sobre la base de la obra de Cristo Jesús. Y todo, mediante una muestra de gracia de Dios hacia el pecador (sin méritos – gratuitamente). En otras palabras, el pecador culpable es declarado inocente y justo por El Juez, solo por gracia (gratuitamente).
“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” Romanos 5:1
Nuevamente el apóstol usa la palabra “justificación” para además incluir el estado de paz que los creyentes gozan para con Dios en tiempo presente. Es decir, esto significa que el pecador justificado o declarado justo, ya está en paz o a cuentas con Dios. Acá ya nos podríamos preguntar ¿qué sentido tiene que un creyente perdonado, justificado y a cuentas con Dios; deba pasar por un período de juicio en donde se desatará toda la indignación y la ira de Dios? La verdad que eso no se sostiene en términos de soteriología bíblica.
“Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús” Romanos 8:1
Este es un pasaje aún más categórico en cuanto a dejar en evidencia de que todo creyente en Cristo Jesús no tiene ninguna penalidad ni causa judicial pendiente, como para tener la necesidad de purgar pecados o demostrar su fe durante un período de prueba y de juicio llamado “gran tribulación”.
Pablo comienza con un “ahora, pues”; sea que lo lea en griego o en español, Ud. se dará cuenta que significa “en tiempo presente”; no es para mañana, en el futuro inmediato, lejano o condicional. Es ¡ahora! El texto agrega “ninguna”, es decir, no hay ni tan solo una penalidad o juicio pendiente para los que gozan de estar posicionalmente en Cristo Jesús. Permítame hacerle una pregunta: ¿Ud. esta en Cristo? Si su respuesta es SÍ, entonces permítame decirle que la biblia enseña que Ud. ahora mismo no tiene ninguna penalidad pendiente; ninguna causa judicial abierta que le pueda condenar.
Pablo usa la palabra “condenación” que significa también “penalidad” por causa del pecado. Es el mismo Pablo quien dijo: “…perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz” Colosenses 2: 13-14
4.Porque la iglesia es la esposa de Cristo. El apóstol Pablo fue a quien se le reveló el misterio de la unión de Cristo y la iglesia como el gran matrimonio de todos los tiempos. La iglesia es presentada como la esposa de Cristo (Efesios 5:23-32). La iglesia fue “ganada” por la sangre de Cristo (Hechos 20:28) y la iglesia será librada (sacada fuera) de la hora de la prueba (Apocalipsis 3:10). ¿Podríamos imaginarnos tan solo un segundo en la esposa sufriendo en el día del juicio y de la ira de Dios, abandonada por su esposo que es Cristo? ¿Qué clase de esposo es aquel que permite que su amada esposa tenga que transitar por un terrible castigo sin precedentes?
He oído a predicadores que dicen que ese tiempo de castigo es necesario para “lavar y planchar el vestido de la esposa de Cristo” Esto es simplemente un caricatura que no resiste ningún análisis serio. Ellos basan estos argumentos con el texto: “Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero” apocalipsis 7:14. La pregunta pertinente al leer este pasaje es: ¿Quién son estos? Lo cierto es que NO es la iglesia, sino que individuos que pasarán por la gran tribulación y experimentarán la redención exclusivamente por Cristo. La acción de “lavar y emblanquecer” las ropas no pueden ser interpretadas como obras humanas meritorias, porque eso sería entrar en conflicto con la robusta enseñanza bíblica que nos dice que la salvación no es por obras (Efesios 2:8-9; Romanos 11:6; Tito 3:5). Toda la obra la hizo Cristo para salvación de todos los creyentes de la antigüedad, de la actualidad y del futuro.
La biblia enseña que El Señor nos ha proporcionado (por gracia) vestiduras limpias y blancas para vestirnos y estar aptos para la eterna salvación. Veamos algunos textos:
“…Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha” Efesios 5: 25-27
“Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente” Apocalipsis 19:8
En ambos pasajes se enseña que tanto la obra como la concesión misma de la obra, proviene de Dios hacia el pecador, y nunca la revés. El sacrificio voluntario de Cristo nos permite ser santificados, purificados y vestidos con ropa espléndida sin mancha ni arruga ni cosa semejante; y esto, solo por gracia. La frase “a ella se la concedido” indica que no es una obra del pecador, sino que es la buena voluntad de Dios “concedida” al pecador. Pablo dijo: “la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” Romanos: 6:23b
Por lo tanto, es absurdo seguir insistiendo en que la iglesia deba pasar por un periodo de juicio para demostrar obras y “lavar y planchar” sus ropajes, puesto que Cristo ya lo hizo de una vez y para siempre. Pablo le dice a Tito: “nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo” Tito 3:5.
Note los detalles: 1) Nos salvó lo que significa que la salvación ya esta consumada; de otro modo diría “nos salvará” (futuro) o “nos salvaría” (condicional). Pero el verbo lo lea en griego, latín, español o chino dice: “nos salvó. 2) No es por obras, sino que, por su misericordia, y bien sabemos que esto habla de una acción del Soberano que extiende su perdón al miserable pecador (nunca al revés). 3) Por el lavamiento de la regeneración, lo que significa que hay un baño integral que se produce en el nuevo nacimiento. La biblia enseña que nacimos de nuevo (re – generación), NO por nuestra voluntad, sino por voluntad de Dios, es decir, la acción es de Dios y no nuestra (lea Juan 1:12-13). 4) Por la renovación en el Espíritu santo, lo que habla de que las cosas son hechas nuevas cuando estamos en Cristo (volver a lo nuevo) (lea 2ª corintios 5:17), y todo, por la obra del Espíritu Santo. Es decir, ninguna de estas cosas las hicimos nosotros.
Nuestro Señor vendrá a buscar a su esposa antes de que caiga el justo juicio de Dios a la tierra. Su sangre derramada en la cruz no fue en vano, como para dudar de que sí seremos arrebatados antes del día temible del Señor. Así lo hizo con Noe antes del Diluvio; con Lot antes de la destrucción de Sodona y con Rahab la ramera antes de la destrucción de Jericó. ¡Cuanto más, lo hará con su esposa que es la iglesia! Jesús dijo:
“Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” Juan 14:3
Esta expresión “os tomaré a mí mismo” es la más pura revelación de que la iglesia, que sería fundada por quienes oían estas palabras (los discípulos), sería el cuerpo de Cristo, tal cual, la biblia describe la unidad compuesta de un esposo y su esposa (Génesis 2:23-24; Efesios 5:30-32) Es decir, Cristo vendrá a buscar “la extensión de su propio cuerpo” que es la iglesia. Entonces ¿Qué sentido teológico tiene que la iglesia pase por el tiempo de castigo y de la ira de Dios?
5.Porque no hay ninguna instrucción precisa para la iglesia. Si la iglesia ha de pasar por este terrible tiempo de juicio, se ha preguntado alguna vez: ¿Dónde están las instrucciones, advertencias y consejos apostólicos para apercibirse y poder entrar debidamente a ese lóbrego tiempo de castigo? ¿acaso el Señor es tan despreocupado de su esposa, que no solo, permitirá que ella pase por el tiempo de gran tribulación, sino que, además, la ha dejado sin ninguna instrucción para enfrentar dicho período? Esto no se sostiene bíblicamente. Al contrario, la biblia enseña que: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira” Romanos 5:8-9
Conclusión
Como hemos visto, el negar la doctrina del arrebatamiento pre-tribulacional, afecta directamente el núcleo del evangelio, ya que socava los pilares de la justificación y de toda la obra de Cristo realizada en la cruz. No es un tema menor y de segunda o tercera categoría como dicen los predicadores (perdón, doctores…) “sabios y entendidos” que hoy se sientan a responder las preguntas de los curiosos que tiene comezón de oír, sobre la base de sus mentes racionales y académicas, y buscando los aplausos y firmando sus libros que impúdicamente venden.
Amados hermanos, hay mucho que agregar. Pero por el momento creo que es bastante información que ha de mantenernos ocupados en seguir indagando en este importantísimo tema. Cuidado con cualquiera que esté enseñando que no hay arrebatamiento, que no hay expectación o inminencia, o que la iglesia pasará por el periodo de juicio que Dios desatará a la humanidad durante la gran tribulación.
Que la gracia de nuestro Señor y Salvador Jesucristo nos dé luz en este importante tema. Que así sea. Amén. Maranata.
PEL 09/ 2024