Patrón Tres en Uno. (Parte I)
En las Sagradas Escrituras que nuestro Señor nos ha entregado y preservado durante siglos, se revela en varios pasajes [Génesis 1:26, Mateo 3:16-17, Juan 1:1, 2 Corintios 13:14, Gálatas 4:4-6, 1 Pedro 1:2] que hay un sólo Dios en tres personas, lo cual ciertamente para cada cristiano es algo difícil de visualizar y entender de manera correcta debido a las limitaciones de nuestras mentes. Sin embargo, esto no es impedimento para observar dentro de lo posible, en como el número tres se manifiesta en la naturaleza, desde lo visible a lo invisible, o viceversa. Interesantemente, ya en el primer versículo de la Biblia, observamos lo siguiente:
La conjugación verbal creó equivale al texto hebreo/arameo בָּרָ֣א donde cada letra de esta expresión hebrea de derecha a izquierda consiste en:
Bet (בּ) : corresponde a la primera letra de la palabra hebrea Bên que significa Hijo.
Resh (ר): corresponde a la primera letra de la palabra hebrea Rū-aḥ que significa Espíritu.
Alef (א): corresponde a la primera letra de la palabra hebrea Abba que significa Padre.
Es decir, en la conjugación verbal, (creó = בָּרָ֣א), no por casualidad existen estas tres letras que revelan las tres personas de un único Dios (patrón de tres en uno), y que además va acompañada de la palabra Dios (Elohim) que se relaciona a una pluralidad de un único Dios supremo creador de todas las cosas, lo cual concuerda con lo revelado en Juan 1:1-3.
Existe, por tanto, una multiplicidad de Dios que se revela en las Escrituras, no como 1+1+1=3 que implicaría tres dioses, sino más bien 1x1x1=1, es decir un sólo Dios en tres personas, que nos va revelando un patrón de tres en uno. Interesantemente este patrón se manifiesta en lo que Él creó. Los ejemplos que se incluyen en este texto no pretenden explicar la verdadera naturaleza trina de nuestro Dios, la cual como ya se señaló escapa a lo que pueden entender nuestras mentes caídas y limitadas. El objetivo es simplemente mostrar que Dios dejó su firma por así decirlo, en la creación de lo visible e invisible con un patrón de tres en uno que se demuestra claramente.
De Génesis 1:1, se ve que la palabra principio se relaciona al tiempo mientras que cielos y tierra denotan la creación de espacio y materia. Estos tres conceptos presentes en la naturaleza y por ende en la vida del hombre conforman un todo para nuestro entendimiento, están totalmente entrelazados; tiempo, espacio y materia (patrón de tres en uno).
Primeramente, el tiempo se percibe de manera evidente en un patrón de tres en uno; pasado-presente-futuro, segundos-minutos-horas, días-semanas-meses y años-siglos-milenios.
Continuando por los cielos, se ve un patrón de tres, donde el primero corresponde a nuestro cielo terrestre, el segundo al universo y el tercero que corresponde al paraíso, [2 Corintios 12:2]. Tanto el cielo terrestre y el universo, que son los que podemos ver por ahora, corresponden a un espacio tridimensional, compuesto por largo, ancho y alto, relacionados con la longitud, que es una medida de una dimensión (lineal; distancia en metros), el área que es una medida de dos dimensiones (al cuadrado; por ejemplo, m²), y el volumen que es una medida de tres dimensiones (cúbica; por ejemplo, m³), es decir, un patrón de tres en uno. Si se continúa analizando, estos cielos además están compuestos de materia, manifestada de manera cercana en nuestro planeta tierra y luego distante en el sol, luna, asteroides, cometas, estrellas y otros planetas, es decir el universo. Para simplificar las cosas, al enfocarse sólo en nuestro planeta (curiosamente el tercer planeta del sistema solar) se ve que la materia, se observa en lo inerte (sin vida); una roca, arena, agua, por ejemplo. Por otro lado, se observa también la materia en formas de vida simple como organismos unicelulares (una sola célula) como bacterias, protozoos, algas y algunos hongos y luego pasando a formas más complejas de vida que corresponden a organismos pluricelulares (millones de células) como plantas, animales, y seres humanos. Todo este tipo de materia se hace visible ocupando un espacio de tres dimensiones (patrón de tres en uno). Además, en muchos casos es posible observar que la materia inerte se presenta en tres estados que se pueden entender claramente al recordar por ejemplo que el agua (materia) puede estar en estado sólido (hielo), líquido y gas (vapor), nuevamente un patrón de tres en uno.
Una parte de la materia es visible para nosotros (macroscópico), sin embargo, interesantemente esta materia está conformada por lo invisible al mismo tiempo (microscópico-nanoscópico-atómico), [Hebreos 11:3, Colosenses 1:16]. Sea que constituya algo con o sin vida, la materia está constituida a partir de partículas increíblemente pequeñas. Durante mucho tiempo se pensó que lo más diminuto eran los átomos (del griego ἄτομος que significa no cortado o indivisible). Sin embargo, no son lo más pequeño ni tampoco indivisibles. El átomo de cualquier elemento químico, representado en la tabla periódica de elementos (total actual de 118) está formado por un núcleo compuesto por neutrones y protones, y por fuera orbitan los electrones, que ocupan de igual manera un espacio. Cabe señalar, que el elemento más simple, liviano y el primero de la tabla periódica, el Hidrógeno (H), es el único que no contiene neutrón, sólo contiene un protón en su núcleo y además un electrón que lo orbita. Los neutrones, protones y electrones, varían en su número dependiendo del elemento químico del que se trate, no obstante, cualquiera sea el elemento químico como, por ejemplo, el Oxígeno (O), Cobre (Cu) etc, etc, estarán formados por neutrones, protones y electrones (patrón de tres en uno). Si se sigue descendiendo a una escala de tamaño aún más pequeña los neutrones, así como los protones a su vez están formados por tres partículas elementales denominadas quarks (patrón de tres en uno).
Para que se entienda de mejor manera en la Figura 1, yendo en el sentido descendente de tamaño (macro-micro-nano-atto), es decir de lo visible a invisible, al imaginar un volumen de agua (materia visible), se encuentran millones de millones de moléculas de agua formadas a su vez cada una de ellas por dos átomos de Hidrógeno (H) y uno de Oxígeno (O), todo esto a partir de este punto es materia invisible. Continuando con el descenso en tamaño, sólo analizando el átomo de Oxígeno, se aprecia que está conformado de un núcleo con ocho neutrones, ocho protones y además por fuera de este orbitan ocho electrones. Si se continúa analizando a menor tamaño, los neutrones y protones están formados cada uno de ellos por tres partículas aún más pequeñas, denominadas quarks. Los neutrones están constituidos por dos quarks tipo down (d) más uno tipo up (u), y los protones por dos tipos up (u) más un tipo down (d), patrón de tres en uno.
Figura 1. Niveles de organización del agua (H2O).
Ahora, suponiendo que la cantidad de agua tuviera un volumen de 18 mililitros (mL), lo cual es un poco más que una cucharada sopera, este volumen a nivel invisible contiene aproximadamente lo siguiente:
Número de moléculas de agua (H2O): 6,02×1023
Número de átomos de Hidrógeno y Oxígeno: 1,20×1024 y 6,02×1023 respectivamente.
Número de neutrones de los átomos de Oxígeno: 4.82×1024
Número de protones de los átomos de Hidrógeno y Oxígeno: 1,20×1024 y 4.82×1024 respectivamente.
Número de electrones de los átomos de Hidrógeno y Oxígeno: 1,20×1024 y 4.82×1024 respectivamente.
Número de quarks de los átomos de Hidrógeno y Oxígeno: 3,6×1024 y 2,89×1025 respectivamente.
Resumiendo, en la exigua cantidad de 18 mL de agua, existe la impresionante cantidad de 6,02×1023 moléculas de agua. Al sumar los átomos de Hidrógeno más Oxígeno el número total de átomos da como resultado 1,80×1024. Se tiene la increíble cantidad de 4,82×1024 neutrones (sólo los del oxígeno, hidrógeno no tiene neutrones) 6,02×1024 protones (los del hidrógeno + los del oxígeno) y 6,02×1024 electrones (los del hidrógeno + los del oxígeno), dando como resultado un total de 1,69×1025 partículas subatómicas (neutrones + protones + electrones). Finalmente, en relación a los quarks (partículas elementales) su total es de 3,25×1025. Para entender de mejor manera la magnitud de estos números a continuación se muestran a que son iguales:
6,02×1023 es igual a 602 seguido de 21 ceros; 602000000000000000000000
1,80×1024 es igual a 180 seguido de 22 ceros; 1800000000000000000000000
4,82×1024 es igual a 482 seguido de 22 ceros; 4820000000000000000000000
6.02×1024 es igual a 602 seguido de 22 ceros; 6020000000000000000000000
1,69×1025 es igual a 169 seguido de 23 ceros; 16900000000000000000000000
3,25×1025 es igual a 325 seguido de 23 ceros; 32500000000000000000000000
Ciertamente, deja sin palabras el poder contar el número total de toda esta materia invisible en tan sólo 18 mL de agua, cifras incontables. Lo tremendo es imaginar y calcular el número total de estas partículas en toda el agua que nuestro Señor creó, la cual es parte de los océanos, ríos, lagos, nieve, y la que está presente en todo el universo. Claramente son números que sólo Él conoce y esto solamente en relación al agua, puesto que se debe recordar además todo lo que Dios hizo, como la tierra, arena, metales, montañas, cielos, etc, etc, donde todo esto está compuesto de materia, la cual contiene diversos tipos de átomos, partículas subatómicas y partículas elementales. Todo esto nos muestra lo poco que sabemos y comprendemos de la gran obra creadora de nuestro Dios ni lo inmenso de su infinito poder [Eclesiastés 3:11] así como nuestra insignificancia e incapacidad de descifrar la mente del Señor [Isaías 40:12-13]. Interesantemente, así como para nosotros una simple gota de agua es algo minúsculo e inofensivo, de igual manera Dios considera a las naciones [Isaías 40:15].
Retornando a los átomos, pueden estar en tres formas en relación con su carga eléctrica. Esta propiedad puede observarse en la Figura 2, los átomos pueden estar neutros (sin carga), con carga positiva (catión: pérdida de electrones) o carga negativa (anión: ganancia de electrones), revelándose nuevamente un patrón de tres en uno.
Figura 2. Átomo neutro (sin carga), catión (+) y anión (-).
Pasando ahora a la materia que tiene vida, ésta presenta una conformación invisible dada por la asociación progresiva de diferentes tipos de átomos, moléculas y macromoléculas (patrón de tres en uno). Para que se entienda, macromoléculas simplemente son varias moléculas iguales o distintas asociadas entre sí y éstas a su vez como ya fue señalado pueden estar conformadas por varios tipos de átomos constituidos a su vez por neutrones, protones y electrones. Esto puede ser observado en la Figura 3.
Figura 3. Formación de macromoléculas.
Posteriormente, como se ve en la Figura 4, los diferentes tipos de macromoléculas resultantes se van asociando para ir formando estructuras cada vez más complejas siguiendo la secuencia de organelos, células, tejidos, órganos, sistemas de órganos, generando finalmente un organismo, en este caso un niño. Es decir, en este caso, esta secuencia progresiva va de lo invisible a lo visible. En relación al cuerpo humano, existen interesantes patrones de tres en uno, que en otro artículo será abordado con mayores detalles.
Figura 4. Organización progresiva de materia hasta formar un ser humano.
Finalmente, es posible concluir entonces, la existencia de este patrón de tres en uno, que nuestro Dios dejó como firma y sello de todo lo que Él ha creado [Juan 1:3], manifestado en la naturaleza desde lo visible a lo invisible, o viceversa, como se quiera ver [Hebreos 11:3, Colosenses 1:16]. Esto se ha ido revelando en parte a medida del avance científico permitido por Dios, lo cual quiéranlo o no los incrédulos [Romanos 1:20], inevitablemente pone en evidencia la maravillosa obra de diseño único de nuestro Dios Todopoderoso. Lo increíble es que el firmamento, el agua, la tierra, paisajes espectaculares, la vegetación, bellas flores, animales tan diversos y el propio ser humano, entre la inmensidad de cosas creadas que nos deleitan e impresionan, sólo forman parte de un cosmos caído producto del pecado [Génesis 3:1-24]. Ciertamente, resulta imposible imaginar lo grandioso y perfecto que será todo, cuando esta creación sea libertada [Isaías 65:17, Romanos 8:20-22, Apocalipsis 21:1]. Lo importante es que cuando Dios así lo disponga, ese momento en que ya no nos será invisible porque cara a cara le veremos, aunque no lo merezcamos al igual que la salvación, nosotros, sus hijos ya en cuerpos glorificados [Romanos 8:30, Filipenses 3:21] veremos y disfrutaremos eternamente de esta herencia [1 Pedro 1:4]. ¡Qué bendita esperanza!, sólo nos queda exclamar ¡Qué grande es nuestro Dios creador, a Él sea toda la honra y la gloria!
JCB 09/2024