¿Quién es Agustín Laje?
Teología v/s Politología
“Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí” Juan 18:36
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Hay un fenómeno que ha estado creciendo en las iglesias evangélicas, con el mismo patrón y legado de la madre iglesia católica romana, y que tiene relación con aceptar la teoría política o politología como ingrediente útil para el avance y el establecimiento del reino de Dios. Tan igual como en el siglo IV d.C. Agustín de Hipona y su obra literaria “La ciudad de Dios”, en donde se proponía la lucha encarnizada entre los hijos del reino de Dios y los hijos del Diablo, hoy se revive con fuerza y literalmente esta perspectiva, menospreciando lo que Cristo le decía a Pilato: “Mi reino no es de este mundo”
Hoy, los pastores y líderes de iglesias “empoderadas”, que deliberadamente han abandonado las profecías bíblicas, calificándolas como doctrinas de tercer o cuarto grado de importancia, están invitando a sus congregaciones a personas inconversas con cariz cristiano y acreditados como politólogos, para adoctrinar e informar a la iglesia sobre la realidad mundial y llamar a definirse por uno u otro camino político, a fin de emprender “la guerra justa” (según enseña Agustín de Hipona) buscando la solución a los serios problemas de la caída estrepitosa de la moral y la anomia de la sociedad de las últimas décadas. Los asuntos como la ideología de género, el aborto, el matrimonio de homosexuales o la eutanasia, se han transformado en el verdadero caldo de cultivo para este movimiento político dentro de las iglesias, y en temas cruciales de una agenda llamada “valórica” que la iglesia evangélica pretende defender con “dientes y uñas”, pero con argumentos políticos y no teológicos. En esa deficiencia demostrada entran los “Constantinos” actuales.
La búsqueda humana de la solución a los males de la sociedad ha llevado a líderes irresponsables a deliberar políticamente, y abrir de par en par las puertas de sus iglesias para que personas que no tienen el Espíritu Santo, dicten libremente sus conferencias de adoctrinamiento político disfrazado de un “cristianismo agustiniano” lejos de la perspectiva bíblica. Sin presumir, pero vemos que nadie dice nada y nadie detecta este descalabro. Quizás este artículo vuele como una hoja más movida por el viento en el desierto, pero con la convicción de que es la verdad. Es como la voz en el desierto de Juan el Bautista.
Desde un tiempo a esta parte, los líderes de iglesias aterrados por lo que pasa en el mundo y olvidando la severidad con que la biblia anticipa acerca del comportamiento de los hombres en el tiempo final, están viendo en la política un verdadero aliado para contrarrestar el avance del mal, y como dijo un afamado pastor español que lamentablemente terminó por promover el partido de ultra derecha VOX: “la iglesia debe tomar todo lo que esté a la mano, inclusive la política para ralentizar el avance del mal…” Por tal razón, muchos están promoviendo políticos y sus partidos en medio de sus congregaciones. ¿Acaso Dios esta en el cielo rascándose la cabeza sin saber que hacer y necesitando de la política humanista para ralentizar el mal y llevar a cabo sus planes? Esto realmente es un absurdo que no resiste análisis. Tan solo basta con leer: “El que mora en los cielos se reirá; El Señor se burlará de ellos” Salmos 2:4
Este es el caso del famoso politólogo católico romano argentino Agustín Laje que ha sido invitado a varias conferencias y charlas evangélicas, siendo sin duda, las más mediáticas, la realizada por la iglesia evangélica La Roca de Hollywood en Estados Unidos en febrero del año 2023, en donde Laje participó junto al conocido filósofo y teólogo evangélico español el Dr. Cesar Vidal. También fue invitado al programa evangélico “Aquí entre Nos” y “Cara a Cara” transmitido en octubre de 2024 por la cadena internacional de comunicación satelital cristiana ENLACE, en donde Laje expuso sus ideas junto el reconocido Pastor y teólogo mexicano Dr. Armando Alducín. En ambas plataformas masivas, Agustín Laje instruye a líderes y feligreses sobre como se debe observar y discernir el presente acontecer mundial sobre la base exclusivamente política con barniz “cristiano”.
¿Quién es Agustín Laje?
Agustín Laje es un politólogo argentino nacido en Córdoba el año 1989. Estudió ciencias políticas en la universidad católica de Córdoba Argentina y realizó un máster en filosofía en la universidad católica de Navarra España (universidad perteneciente al apostolado (prelatura) OPUS DEI fundada en Pamplona el año 1952 por el cura español Josemaría Escrivá de Balaguer).
Laje confiesa su fe católica y posición política de ultraderecha. Participa activamente en la organización liderada por el cura argentino Ariel Pasetti, formando líderes católicos por medio de los cursos CAT, FLIC y “Leones de Dios” (https://www.charlascat.org/)
Se considera discípulo de Nicolás Márquez que es un escritor, conferencista y abogado argentino de ideología ultraconservadora y de extrema derecha. Se declara un escritor y lector compulsivo, cuya “obsesión” es aportar a la creación de “una nueva derecha política” radical como única vía para hacer frente a los problemas de la humanidad. Él señala que la derecha actual es “acobardada y acomplejada”, y es a ese núcleo en donde Laje apunta como objetivo. Agustín Laje, es presidente de la Fundación Libre (ONG) que es un centro de estudios que define a su misión como la de «tomar protagonismo en la batalla cultural que se está desarrollando en Occidente, a los efectos de contrarrestar la ideología progresista hegemónica y el imperio de lo políticamente correcto, e impulsar ideales de libertad individual, responsabilidad y republicanismo» (fuente: https://www.eluniversal.com.mx/)
Laje se confiesa partidario de la escuela austríaca “paliolibertaria” y simpatizante de intelectuales católicos romanos como el cura suizo Martin Rhonheimer perteneciente a la prelatura OPUS DEI y promotor de las ideas de la ultraderecha católica.
En el año 2019, Agustín Laje recibe el premio de la organización ultra católica HazteOir (HO) en la categoría “Batalla Cultural” en mérito a la lucha contra la ideología de género y a favor de la vida y por «su valentía y coraje a la hora de denunciar la ideología de género, el feminismo radical y el marxismo cultural, divulgando su conocimiento a través de ‘El libro negro de la nueva izquierda: ideología de género o subversión cultural’. Dicho galardón fue entregado por el fundador de la asociación HasteOir, Ignacio Arsuaga, un férreo activista de la ultraderecha católica española.
En conclusión, Agustín Laje es un politólogo de confesión católica romana que está participando activamente en conferencias y charlas evangélicas para colonizar el pensamiento protestante y sumar mas adeptos a su posición política, bajo la consigna de emprender la batalla contra cultural y los males de la sociedad actual, los cuales se reducirían exclusivamente a una moral de alcoba, porque él circunscribe su vehemente mensaje solo a temas como el aborto, la homosexualidad, la identidad de género, etc., pero ninguna referencia a otros asuntos como la justicia, la equidad, el abuso y la sobre explotación de los recursos humanos y naturales, que se entiende, a juzgar por sus palabras, no serían parte de la moral que Dios también enseña en su Palabra. En conclusión, es un mensaje con una media verdad, porque la moral de Dios es un todo, y no solo una parte.
¿Qué hay detrás de todo? La lucha de los buenos y malos.
La antigua escuela filosófica persa del “maniqueísmo” (Siglo III d.C.) presentaba la idea de la lucha encarnizada de dos fuerzas equivalentes como “el bien y el mal”. Los orientales la llaman el “yin y el yang”. A partir de estos postulados filosóficos que permearon la religión, con el tiempo se ha llegado a crear la popular y absurda idea de que Dios sería de derecha y Satanás de izquierda, es decir, creyentes v/s ateos y esto se acentuó en la guerra fría entre los años 1945 al 1989.
Tan igual como el mundo se dividía en dos bloques durante la guerra fría después de la segunda guerra mundial, en la actualidad la polarización mundial demuestra que el ser humano no ha aprendido nada de sus propios errores, y los creyentes en la biblia y su profecía, afirmamos que esto no va a cambiar.
La idea maniquea de “buenos y malos”, lleva al hombre a abanderarse por facciones políticas que les representen y que les respondan a sus necesidades, buscando con ello las alternativas de soluciones a los problemas que afectan la sociedad de los países. No olvidemos que, terminada la segunda guerra mundial, el mundo fue teñido con dos colores; por un lado, el color azul que representaría a “los buenos” comandados por el capitalismo de los Estados Unidos, y por el otro lado, el color rojo quienes serían “los malos” dirigidos por el comunismo de la entonces URSS (unión de republicas socialistas soviéticas). La guerra fría era en sí, una lucha encarnizada entre el bien y el mal; entre Dios, cuya morada era la Casa Blanca de Washington, y el diablo residiendo en el Kremlin de Moscú. La verdad que esto no ha cambiado mucho, a pesar de la caída del muro de Berlín en el año 1989 y de la URSS y su órbita mediante la Perestroika y Glasnost de Gorbachov al final de los 80.
Hoy vemos los mismos elementos. Por un lado, la OTAM (Organización del Tratado del Atlántico Norte) y el gobierno ruso con Vladimir Putin y sus aliados. De la misma manera, asoman facciones menores como la fundación del foro de Sao Paulo (1990) que reúne a partidos y grupos políticos de izquierda y extrema izquierda de América, y el foro de Madrid (2020) que reúne a partidos y grupos políticos de derecha y extrema derecha de Hispanoamérica. Ambos reclamando tener la razón y buscando la influencia y el poder con intensiones geopolíticas. De hecho, el propio Agustín Laje suscribe los acuerdos y avances de esta facción política – religiosa.
Lo que hay detrás de todo este movimiento pseudo religioso cristiano, y que ha cautivados los interesas de las iglesias evangélicas, es la búsqueda del poder geopolítico de una facción en particular. La famosa frase sobre “defender los valores de Dios”, es la chapa que cautiva a una masa crítica importante al momento de las votaciones. Creemos que, si los evangélicos representaran una minoría, la facción política que promueve Agustín Laje, no estaría invirtiendo tiempo ni esfuerzos para colonizar ese nicho electoral. Esta estrategia la han usado exitosamente líderes de la talla de Trump en Estados Unidos, Bolsonaro en Brasil, Milei en Argentina, etc. Esto nos evoca a la antigua escuela y estrategia de Constantino en el siglo IV d. C., quien, so pretexto de haberse convertido al cristianismo, conquistó a los obispos de las iglesias y sus feligresías, ganando así mucha popularidad en el imperio y sus proyectos geopolíticos. En palabras directas y que podrían ser ofensivas para algunos, los evangélicos siempre han sido usados como instrumentos políticos, porque no pueden resistirse a la seducción y el giño de ojos de personajes importantes y de plataformas públicas.
Las bases teológicas de Agustín de Hipona
Quien puso las bases teológicas para validar la unión de la iglesia y el estado, y concebir a los cristianos ligados a la política contingente, fue Agustín de Hipona en el siglo IV d.C. Nadie podría negar que los fundamentos de la religión católica romana los puso este prolífico pensador que cautivó las mentes y las voluntades de la iglesia post nicena. La iglesia Católica Romana ha mantenido por centurias su férrea posición política – religiosa “gracias” a la validación teólogo – filosófica de Agustín de Hipona. De la misma forma, la iglesia evangélica “protestante” mantiene los mismos lineamientos de la iglesia madre. Declarando con ello su renuncia a la enseñanza literal de la biblia.
En su obra literaria La Ciudad de Dios, Agustín de Hipona propone la idea del “derecho divino de los reyes”, argumentando que, si los tales eran cuestionados, equivalía a cuestionar a Dios. Además, validó la violencia y la “guerra justa” para castigar y hacer volver a los herejes e infieles al camino de la fe; fundando con esto los cimientos teológicos de lo que más tardes se conocería como las sangrientas cruzadas, la santa inquisición, y el holocausto nazi inclusive.
En la actualidad, todas las facciones políticas vestidas con ropaje religioso y conservador, tales como, Opus Dei, Legionarios de Cristo, Caballeros de Colón, Movimiento Apostólico de Schoenstatt, etc., mantienen de manera irrestricta las enseñanzas de Agustín de Hipona. Es decir, validar la participación activa en política de los cristianos o miembros de “la ciudad de Dios” a fin de atacar a los hijos del diablo miembros de la “ciudad terrenal”.
Aunque esta enseñanza es legítimamente respetable, no es lo que dice la biblia. La verdad es que Agustín de Hipona, además de todo lo que se ha comentado aquí, fue el responsable de crear una idea hibrida del evangelio entre verdades celestiales y sofismas terrenales. Fue él quien consolidó la enseñanza alegórica del reino de Dios y sus promesas, por lo tanto, los cristianos no deberíamos basarnos de modo alguno en este personaje para concebir la perspectiva pura y verdadera de una iglesia que dice ser “columna y baluarte de la verdad” (1ª Timoteo 3:15)
Las bases teológicas de Agustín de Hipona para la creación de una teocracia a sangre y fuego, y que esta siendo el escudo de lucha de facciones políticas ultraconservadoras y religiosas, no representan el carácter de Cristo y de su verdadera iglesia. El Señor Jesucristo nunca promovió guerras santas ni menos ideas políticas para construir su reino en la tierra. El Señor deroga la ley retributiva del Talión, manda a sufrir el agravio, a ofrecer la otra mejilla y a amar al enemigo (Mateo 5: 38-44). Al parecer este trozo y otros cuantos de las escrituras no fueron encontrados por Agustín de Hipona al momento de escribir su libro La Ciudad de Dios.
Volviendo a la teología bíblica
Para quienes no nos gusta abusar de tecnicismos como es la palabra “teología”, excepcionalmente es necesario decirlo así, dado que hoy es la politología que se está apoderando de los pulpitos. Los pastores que tienen el deber de alimentar las ovejas con los tiernos pastos que manan solo de la biblia, ahora están enseñando y alimentando con suplementos alimenticios atestados de humanismo y política, y peor aún, invitando a lumbreras en politología del mundo ultracatólico para “iluminar” las mentes de los miembros de las congregaciones que dicen a todo “amén”.
El fenómeno que está ocurriendo, es una fuerte polarización política dentro de la llamada iglesia de Cristo. Líderes y fieles seguidores piensan que los cristianos deben promover y votar por políticos que representan los “valores bíblicos”, y por tal razón, deliberan políticamente optando por lo que ellos mismos denominan “el mal menor”. Aludiendo de manera injusta al texto bíblico de romanos 13 que habla de los deberes civiles de los cristianos, estos actuales “pastores” validan la necesidad de que la iglesia participe en política contingente y se incline al color político que más se acerque a “los intereses de Dios”. La nueva consigna es la búsqueda del llamado “mal menor» como fórmula legitima para cumplir el rol de ser “sal de la tierra y luz del mundo” (otro texto bíblico maltratado por quienes solo piensan en lo terrenal).
Por tal razón, es necesario volver a la biblia. Aunque esto signifique desprecio, desprestigio, y recibir apelativos, tales como, ignorantes, radicales, intransigentes o mentes cerradas, la biblia seguirá siendo la única y exclusiva norma de conducta y de fe de los creyentes verdaderos, quienes rehusarán doblegarse a la filosofía y al humanismo político como vías de escape a un mundo sumido en el pecado. La iglesia de Cristo no necesita que ningún politólogo venga a iluminar el camino; al contrario, lo que este necesita es que se le predique el evangelio como cualquier otro ser humano que pisa este planeta; sea de derecha o de izquierda política; sea católico, evangélico, musulmán, judío o masón. Como dice la biblia: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” Marcos 16:15. Volver a la teología, significa renunciar a la política, la filosofía y a huecas sutilezas conforme al humanismo y no según Cristo, tal cual lo dijo Pablo en colosenses 2:8. Volver a la teología es volver simplemente al evangelio de nuestro Señor Jesucristo, lejos de Agustín de Hipona y su iglesia católica romana, y de toda la llamada patrística; lejos de los sabios y entendidos que entre mas explican mas se complican.
La teología de Cristo es simple. No tiene grandes tecnicismos ni presume frases elocuentes de humana sabiduría. Es creer al Señor, a su Palabra y a sus promesas que se van a cumplir. Es creer a la palabra profética mas segura y garantizada. Es despojarse de los intereses políticos y de poder terrenal. Es volver a la simplicidad de los creyentes de la iglesia de los primeros siglos, que, a pesar de la dura persecución y padecimientos, nunca depositaron su confianza en las estrategias de hombres o en la política contingente. Ellos cual Moisés, prefirieron ser maltratados con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, confesando siempre que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. (hebreos 11:13 y 25)
Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo nos ayude a entender este importante tema. Que así sea. Amén.
PEL 12/2024