LA PÉRDIDA DE IDENTIDAD

“Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos” Jeremías 15:19b

Este es un tremendo imperativo que Dios le hace al profeta Jeremías, en el marco de un pueblo desobediente y desleal. Todo el capítulo está lleno de tensión y de la santa indignación de Dios en contra de su pueblo Israel. El pecado del pueblo manifestado en una constante apostasía, mediante actos abominables como la idolatría y prostitución religiosa, son el tenor de la continua rebeldía de este pueblo, que si fuera por méritos, no tendría escapatoria. No obstante, Dios promete restauración y redención para Israel sobre la base de su propio juramento, y no en los méritos de un pueblo contumaz y contradictor, que al igual que todos nosotros, solo merecía el castigo eterno de Dios.

El texto base en este artículo es: “Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos”, cuyo propósito es que quede grabado en nuestro corazón y nuestra mente, sobretodo en estos días difíciles y peligrosos. Satanás y sus huestes de maldad que operan en este escenario actual de un mundo que aborrece más y más a Dios, está empecinado por “convertir” y robar la identidad de cada individuo, institución, nación y por supuesto, de la iglesia.

La identidad tiene que ver con un conjunto de rasgos y características definidas y absolutas que cada individuo posee, y que lo diferencia de otro. Podríamos decir sencillamente, que la identidad es el ADN o sello personal e intransferible. Cuando hablamos de “número de cedula de identidad o de pasaporte”, estamos declarando precisamente la existencia de un dato único, inalterable e intransferible que permite la diferenciación entre un individuo y otro.

Sin embargo, ante esta realidad absoluta, debemos observar y reconocer que estamos en un tiempo donde se busca a como dé lugar, la perdida de la identidad de manera individual y colectiva como sociedad. Por ejemplo, observamos que en la actualidad ya se está “imprimiendo” en las mentes tiernas de los niños esta diabólica doctrina de la “pérdida de identidad” mediante la supuesta “conversión del género”. Es la dictadura del pensamiento que ahora se enseña abiertamente diciendo que un hombre puede nacer en un cuerpo de mujer o viceversa, por lo tanto, el tal debe tener “el derecho” de cambiar su sexo o “identidad de género”.

Por esta razón, los defensores de esta ideología están presionando en cada país, ciertamente guiados por las fuerzas diabólicas que aún operan en el mundo, para que cada estado logre la legislación sobre lo que llaman “ley de identidad de género”, que no es otra cosa, sino la “pérdida de la identidad” de lo más básico de la raza humana que es su propio género. Estamos caminando en un escenario cuyos “artistas” buscan la “de-generación”, mostrando su directa rebeldía en contra de su Creador quien creó solo dos sexos: Hombre y Mujer.

“Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó” Génesis 1:27

Este texto declara la identidad única e intransferible que Dios puso,  tanto en el hombre como en la mujer. La identidad es lo que diferencia los dos sexos que Dios creó. Eso es inalterable, no se puede convertir, a pesar de que el hombre contemporáneo diga lo contrario. Ciertamente, es satanás y su influencia, y el pecado del hombre, que buscan tenazmente robar la identidad del sello de la creación de Dios. Por tal razón, se están haciendo muchos esfuerzos por desacreditar el libro de Génesis a como dé lugar; ya que, si no hay génesis, no hay <Dios Creador> quien declara la absoluta definición de la identidad de lo que es un hombre y una mujer.

LA PERDIDA DE IDENTIDAD DEL HOMBRE Y LA MUJER

La actual “pérdida de identidad” que estamos presenciando, ha llevado a los hombres a vestirse y a actuar como mujeres. La moda dirigida por homosexuales, ha impuesto aquellas prendas que otrora, solo serían portadas por mujeres, pero ahora, las lucen “orgullosamente” los hombres. Desde los aros, pelo largo, moños y pinches; pantalones apretados y aflautados, zapatos en punta, cejas refinadas, etc., son algunas muestras que confirman lo que se está describiendo. Pero lo peor, es la pérdida de comportamiento varonil del hombre. Hoy los hombres están afeminados en sus gestos y actuaciones, es decir, han perdido su propia identidad que los debe caracterizar como individuos diferentes a las mujeres.

Por su parte, las mujeres exhiben la misma “perdida de identidad”. Hoy es “glorioso” ver mujeres practicando un deporte que por naturaleza, requiere de la rudeza de la anatomía de un hombre. Pero ahora se habla “igualdad de género”, que no tiene que ver exclusivamente con derechos civiles, sino que de una evidente búsqueda de la pérdida de identidad femenina. Hoy son las propias mujeres que se amotinan y vociferan mostrando patéticamente sus senos en son de protesta; reclamando que son “iguales a los hombres”. Ellas actúan como hombres, siendo rudas, amachadas; renunciando deliberadamente a aquella clásica y extinguida dulzura que el sello del Creador puso en su propio ADN. Es decir, tanto hombres como mujeres están demostrando su pérdida de identidad. Pablo ya lo anticipo hace casi 2000 mil años atrás cuando dijo:

“Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío” Romanos 1:26-27

LA PERDIDA DE IDENTIDAD DE LAS INSTITUCIONES

Hay instituciones humanas que por naturaleza de su función, no pueden hacer ciertas cosas, o deben privarse de prácticas que atentan contra su propia identidad o ADN. Desde políticos y autoridades que más parecen payasos que estadistas, hasta profesores que ahora parecen ser súbditos de sus propios alumnos. Unos y otros, demuestran objetiva y dramáticamente, que existe esta carencia o pérdida de identidad. Es decir, ya no se distingue quien es quien.

La farándula, llena de su pragmatismo en búsqueda del rating televisivo, ha permeado la política y otros estamentos sociales. Hoy vemos “honorables parlamentarios” faranduleros, que desperfilan y socavaban las columnas de la institución legislativa, y por consecuencia, demuestran la perdida de identidad de la misma. Por tal razón, la gente tiene una pésima opinión de quienes se reúnen en las cámaras y de los políticos en general. Sin duda, han perdido su propia identidad.

Como breve ejemplo. Miraba el otro día una presentación de una banda instrumental de una de las ramas de las fuerzas armadas de Chile en un programa de farándula de la televisión. De lo que debió ser un concierto musical, en el marco de una institución, que por su naturaleza, investidura y proyección de su lema y uniforme, no puede trasgredir ciertos límites, sin embargo, el espectáculo presentado paso a ser una exhibición artística cuya performance, sin duda que superó los linderos de su propia identidad. Es precisamente en esta búsqueda transgresora de eliminar los antiguos paradigmas para reemplazarlos por otros innovadores y atractivos, donde se observa con mayor nitidez la pérdida de identidad.

Sobre este punto, solo una pregunta final: ¿Qué respeto podría infundir a la gente, una institución como el poder judicial que ha perdido su identidad, y que en lugar de exhibir una espada que habla de la justicia implacable, muestra una pistola de burbujas de jabón? ¿No es la pérdida de identidad lo que transforma a un individuo o institución en un “hazme reír” de la gente? La biblia dice:

“Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo… porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo” Romanos 13:3-4

PERDIDA DE IDENTIDAD DE LA FAMILIA

La modernidad, la búsqueda de prosperidad económica y la ideología de género, ha llevado a las familias actuales a derribar su clásica identidad. Hoy se insiste en desmoronar la identidad de la familia que Dios en su sabio diseño conformó. Es el pecado del hombre que demuestra su desprecio u odio contra todo lo que Dios enseña en su Palabra. Satanás sabe muy bien que destruyendo la familia mediante el robo de su identidad, automáticamente destruye la sociedad, y por ende, la iglesia. Gracias al Señor que Dios dice en su Palabra que las puertas de la muerte y el infierno no prevalecerán contra la iglesia (Mateo 16:18)

En primer lugar, recordemos los antiguos movimientos feministas que ahora están dando “frutos” en las mentes de las mujeres actuales. El exitismo de crear mujeres “realizadas”, desligadas de la suprema labor de madre, ha llevado, no solo a dar paso a un país que está envejeciendo debido a la caída de la tasa de natalidad, sino que a descubrir la sensible problemática sobre la base de los hogares, cuya crianza de los hijos es con la ausencia maternal; derivando a un tercero ese noble privilegio de “ser madre” como las nanas o abuelas. Y todo, muchas veces por mantener el status social o alcanzar aquellas metas exitistas cuya factura es entregada a los hijos. De esta manera, el hombre y la mujer está ausente en la casa, por lo tanto, la familia va perdiendo su identidad.

Conceptos como mujeres que aman criar a sus hijos en lugar de realizarse como “profesionales”, hombres que trabajan para proveer a sus hogares e hijos que respetan a sus padres, hace tiempo que han sido relegados al baúl del recuerdo; y desempolvarlos para enseñarlos hoy en día, significa para la gran mayoría, palabras de un “machismo, anacronismo o fundamentalismo” intolerante. Esto confirma que la familia también ha sufrido la “pérdida de su propia identidad”. Las jóvenes actuales no consideran en su ADN la noble tarea de ser madres.

Por otra parte, los reclamos de quienes promueven la ideología de género, desde hace años que han comenzado a exigir que se acepte la enseñanza de que no exista solo un modelo de familia con “un papa y una mama”, sino que también pueden ser reconocidas como familias las <homo parentales> con “dos papas o dos mamas”. Tan solo recordemos el manual impulsado por el lobby gay llamado “Nicolas tiene dos papas”, patrocinado por entidades tan importantes como la JUNJI (Junta nacional de jardines infantiles), la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile y sus carreras de Educación Parvulario y Psicología, entre otras. En este manual se ataca frontalmente la identidad de la familia, con el propósito de sobreponer otro nuevo, según sus propias exigencias a partir de una sexualidad desviada. Eso es lo que están enseñando a los párvulos de nuestro país desde ya varios años atrás. La biblia habla de la familia, de casamiento entre un hombre y una mujer; habla padres e hijos, etc., pero nunca habla de la idea “homo parental”. He aquí lo que dice Dios respecto a la familia y su propia identidad:

“Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor.  Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten” Colosenses 3:18-21

PERDIDA DE IDENTIDAD DE LA IGLESIA

Siempre ha ocurrido que los males de la sociedad permean a la iglesia. ¿Por qué? Porque la iglesia está compuesta de pecadores vulnerables y que son parte de esta sociedad que va de mal en peor. Eso es indiscutible. Aunque no quiero añadir más “pelos a la sopa” o ser “aguafiestas” a quienes insisten en afirmar que están ganando “el mundo para cristo”, no obstante, debo decir que cuando vemos las escrituras literalmente, no podemos hacer otra cosa, sino que convencernos de que sí estamos viviendo en una sociedad que va de mal en peor, tal cual lo predice la infalible Palabra de Dios. Pablo dijo:

“También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos…más los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados”

2 Timoteo 3:1-13 

Satanás, el mundo y el pecado del hombre, han sido la trilogía perfecta para seducir al pueblo de Dios a tal punto, que ha despreciado su identidad, y la ha dejado en manos de hombres corruptos de entendimiento, quienes la han convertido, de una imagen que debería reflejar a la doncella esposa de Cristo, pero que hoy más parece una meretriz que lucra con su cuerpo y sus encantos. Son los tiempos que dejan al descubierto la característica de la ramera del apocalipsis.

Sin duda que la iglesia oficial ha perdido su identidad. Con esta antigua búsqueda de “nuevos paradigmas de iglesia”, tal como lo viene enseñando Rick Warren con su libro Best Seller: “Una Iglesia con Propósito”, muchos líderes han sucumbido a tal engaño, y han transformado sus congregaciones en verdaderos centros de acopio de personas inconversas, que se dicen salvadas porque aparentemente han rectificado sus vidas mundanas, pero que lamentablemente todo evidencia que no han nacido de nuevo. Por tal razón, estas multitudes deben ser mantenidas y entretenidas con métodos artificiosos como terapia permanente; de lo contrario retroceden y vuelven atrás. Es el autoengaño de muchos pastores que piensan que el crecimiento numérico de la iglesia es la garantía de estar en la verdad.

En otras palabras, de una iglesia conservadora y de reuniones solemnes y sobrias, como debería ser la fiel identidad que Cristo puso en el ADN de este pueblo espiritual, actualmente tenemos una cristiandad que camina entre las luces, colores y la música emocional para atraer a la gente y hacer que vengan a sus pomposos espectáculos y grandes anfiteatros. Me temo que es el mismo mal que afectó profundamente a Israel en aquellos tristes momentos de prostitución espiritual. Dios les reprocha:

“Quita de mí la multitud de tus cantares, pues no escucharé las salmodias de tus instrumentos” Amos 5:23

No puedo dejar de acordarme de este dramático texto, cada vez que observo las iglesias con sus feligresías de manos levantadas hacia el escenario de vanidades, donde jóvenes y sus instrumentos musicales exhiben sus virtuosismos personales e histriónicos; entonando las “nuevas alabanzas” que explotan las emociones de las personas cual terapia restauradora, y que frecuentemente se confunde con lo que llaman “presencia del Señor”. Ellos afirman que el mundo se atrae con esta música, por eso es la necesidad de eliminar los clásicos y añejos himnarios evangélicos. Y tienen razón en el sentido de que ahora las iglesias que han perdido la identidad de Cristo, atraen al mundo con esta música mundana; por eso conservan al mundo dentro de sus capillas, porque al final de todo, en lugar de cristianizar el mundo, ellos han “mundanalizado” la iglesia. Ellos se han rendido a las demandas de la cultura, de la sociedad, de intelectualismo y de la psicología, por lo tanto, perdiendo con ello su propia identidad como iglesia de Cristo.

LA IDENTIDAD DE CRISTO Y LA IGLESIA

Con la aplicación de las técnicas de mercado, del pragmatismo y de la psicóloga en los pulpitos, la llamada iglesia ha perdido su propia identidad. Debemos siempre recordar que la Iglesia, que Cristo ganó por su propia sangre (Hechos 20:28b), es en sí misma es “EL CUERPO DE CRISTO”, cuya cabeza es el propio Cristo (Efesios 5:23, Colosenses 1:18, 1 Corintios 12:12,27). Y como tal, debe llevar la identidad de Cristo en su propia esencia. Como vemos en las escrituras, Cristo nunca fue atractivo para el mundo. 700 años antes de su nacimiento, el profeta Isaías decía:

“…como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, más sin atractivo para que le deseemos. Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos” Isaías 53:2-3

Así como creemos que Cristo Jesús no era atractivo para el mundo, la iglesia que es Su Cuerpo, por identidad no puede serlo tampoco. Jesús fue despreciado; físico, social, intelectual y espiritualmente. Isaías dice: “ni hermosura”. Dicho muy de paso; no olvidemos que fue la hermosura de Lucero que lo llevó a su propia ruina (Ezequiel 28:12-17). ¿No es acaso lo que está pasando hoy con la iglesia oficial? En lugar de haber mantenido fielmente su propia identidad con Cristo, La iglesia actual se ha acercado más a la hermosura de lucero, anunciando así su propia ruina. Otro ejemplo notable que nos permite meditar en la legítima identidad de Cristo y de la iglesia es el siguiente pasaje selecto:

“Harás también a la tienda una cubierta de pieles de carneros teñidas de rojo, y una cubierta de pieles de tejones encima” Éxodo 26:14

Cuando leemos sobre la construcción del santuario o tabernáculo, descubrimos la maravillosa gloria de la persona de nuestro Señor Jesucristo. En cada detalle, utensilio, mobiliario, etc., aparece la figura sin igual de nuestro amado salvador. No olvidemos que el tabernáculo era una verdadera “casa de oro”, reluciente y gloriosa.

Sin embargo, un punto importante y que llama poderosamente la atención, es que toda la gloria, la realeza, la gracia y la fragancia de Cristo expresada en aquel tabernáculo, estaba cubierta bajo un manto sin mayor atractivo. Como sabemos, El tabernáculo era cubierto por cuatro telas, la última de las cuales era piel de un animal llamado tejón, y su apariencia era oscura y sin mayor belleza. Nadie podía contemplar la Gloria de Cristo, a menos que traspasara las oscuras pieles de tejón que cubrían el santuario. Es justamente lo que nos pasaba a nosotros antes de conocer a nuestro Salvador. No había atractivo, no nos interesaba el evangelio, la iglesia, ni nada que hablara legítimamente de él. Pero una vez que él nos convirtió y entramos en Él, ahí recién descubrimos su belleza.

Sin duda, que las pieles de tejón revelan la identidad del Señor Jesucristo en su primera venida. En su misterio terrenal o como lo dice el autor de la carta a los hebreos, en los  “días de su carne” (Hebreos 5:7a), es decir, en el tiempo cuando Dios Hijo se revistió de humillación y se hizo obediente hasta la muerte de Cruz (Filipenses 2: 6-8). En otras palabras, la identidad de Cristo en su ministerio terrenal de 33 años y medio, fue sin atractivo. De la misma forma y en consonancia con nuestro Señor y Salvador, la iglesia debe conservar fielmente su identidad con Cristo, mientras esté peregrinando en este mundo, y cuando nuestro Señor regrese por segunda vez, entonces y solo entonces seremos glorificados para ser semejantes a Él porque le veremos tal como Él es (1 Juan 3:1-2)

Amados hermanos, estamos en un mundo hostil, cuyas doctrinas de demonios nos quieren arrebatar nuestra identidad como hombres, mujeres, padres, hijos, familia e iglesia. Hoy vemos una pérdida de identidad por todas partes. Hombres que parecen mujeres, mujeres que parecen hombres, familias homo parentales, hijos que mandan a sus padres, alumnos que subyugan a sus maestros y ovejas que doblegan a sus pastores. Pero como Dios le dijo a Jeremías: “Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos” Jeremías 15:19b – Que así sea, amen. Maranata!

PEL 09/2018

LA PÉRDIDA DE IDENTIDAD

2 Comentarios

  • Viviana Correa Aedo -

    Excelente mensaje hermano Pablo. Absolutamente convencida de que es la situación actual, tanto del mundo y tristemente de la iglesia. Debemos con mayor humildad tomarnos de la mano de nuestro salvador para que nos sostenga y dirija nuestros pasos hacia la verdad. Solo llenándonos de su palabra y recibiendo de su gracia para obedecerla podremos estar firmes. Bendiciones. Maranata !!!

  • Que horror !!!!! La verdad que leer esto confirma lo que el Señor nos ha dado a conocer en su Palabra y así advertirnos los tiempos en que estamos ….. hoy escuché a niños de entre 8 y 14 años declarando ser lo que no son ( niños que dicen ser niñas y niñas de dicen ser niños ) todo esto avalado por senadores de nuestro país.
    Que el Señor tenga misericordia de nuestros hijos y nietos expuestos a esta aberración y guarde sus mentes y corazones de todo este engaño , que atenta contra los principios de nuestro Creador.
    Espero en el Señor que este artículo habrá el entendimiento de muchos y puedan entender los tiempos que estamos viviendo.
    El Señor está a la puerta , viene pronto !!!!!
    Adjunto noticia del día 05/09/2018
    http://t13.cl/noticia/politica/video-frases-marcaron-debate-ley-identidad-genero-senado
    Bendiciones

    Bendiciones.

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