LA CENSURA EVANGELICA
“…mi pueblo fue llevado cautivo, porque no tuvo conocimiento”
Isaías 5: 13
Cualquier ideología que llegue a gobernar un grupo humano, un reinado o nación, establecerá como método para el sometimiento colectivo de las masas, el manejo arbitrario de la información, la censura de la misma o definitivamente la propagación de la ignorancia.
Hay un slogan de una afamada estación de radio en Chile que dice: “Si Ud. no se informa, no tiene derecho a opinión”. Esta máxima, de alguna manera resume de forma escueta y precisa lo que significa la censura de la información, la cual mutila el intelecto de un pueblo y por consiguiente el derecho a opinar respecto a un determinado tema.
A través de la historia vemos el proceder de las mas famosas dictaduras de un lado y del otro, donde se ocultaba la información, se intervenía el actuar de los mensajeros de noticias que llevaban las nuevas a distintos lugares para informar al pueblo de los acontecimientos de importancia.
Recordemos la actitud del impero romano, quien mediante la dosis de “pan y circo” mantenía embelesadas a las grandes muchedumbres que no alcanzaban a darse cuenta ni discernir las atrocidades de los gobernantes de su época. Las tiranías y abusos de los césares quedaban ocultos en el manto de la ignorancia de un pueblo que se entretenía en medio de orgías, borracheras y espectáculos públicos. A nadie le interesaba leer, ni informarse, ya que sistemáticamente el imperio había atacado ferozmente a los medios de transmisión de noticias de la época y el intelecto de la mayoría de las personas se había atrofiado a tal punto, que creían que solo la voz oficial era la verdadera y con eso les bastaba.
Esta clásica actitud de censura de la información también se muestra con mucha claridad en los tiempos del oscurantismo, donde ideólogos con el fin de preservar sus gobiernos aristócratas y oligarquías, restringían el manejo de la información y del conocimiento de manera que el pueblo no se enterara, no se informara ni ilustrara su conocimiento. Con este método, es mucho más fácil el manejo de las conciencias colectivas para cumplir los objetivos de poder.
Recordemos el tiempo cuando el catolicismo romano maneja la información religiosa mediante homilías y rezos en latín que solo lo podía entender la gente de alta estirpe que siempre han sido pocos, mas las muchedumbres que representan al pueblo, quedaban en la mas absoluta ignorancia. De ahí que conocemos aquellos anticristianos conceptos de clero y laico, es decir, los idóneos y los ignorantes. La historia muestra un triste episodio pre y pos reforma religiosa cuando la hegemonía avasalladora del catolicismo romano quemaba las biblias y prohibía impúdicamente la lectura de la misma, a fin de que el pueblo no descubriera a través de las santas escrituras la verdad y por consecuencia, la mentira disfrazada de piedad de aquella iglesia imperante. Con la misma ferocidad, la censura religiosa llegó a tal punto, que creo una institución denominada “santa inquisición” cuyo propósito era asesinar pública o anónimamente a todos aquellos predicadores de la verdad que informaban al pueblo con la noticia pura, limpia y sin censura. Mucha sangre se derramó en nombre de la censura y la mutilación del conocimiento de la Palabra de Dios.
La ignorancia de un pueblo siempre ha sido el caldo de cultivo del fracaso del hombre. El texto que encabeza este estudio habla de ello. El pueblo de Israel fue llevado cautivo por la falta de conocimiento. Los reyes apostatas de la época censuraban, perseguían y daban muerte a los legítimos profetas o predicadores de la verdad. El Señor Jesucristo decía:
“Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!” Mateo 23:37
Hubo mucha censura en el tiempo de los profetas. Así también lo hubo en el tiempo previo al ministerio del Señor Jesús. A Juan el Bautista le cortaron la cabeza por hablador, Cristo fue encarcelado y crucificado por decir la verdad, los apóstoles fueron perseguidos y muchos martirizados por pregonar el conocimiento verdadero sin censura. Los cristianos fieles y verdaderos han enrojecido la historia de la humanidad con su sangre, debido a aquella entrega fiel en predicar la sola verdad.
Así, tanto en sentido secular o religioso, los poderosos y gobernantes siempre han querido acallar las voces de aquellos amantes y baluartes de la verdad; aquellos “aguafiestas” y “bocones” que desean informar a un pueblo sumido en la ignorancia y el desconocimiento. La censura fue, es y será el método mas utilizado por las hegemonías y dictaduras del pueblo que sea.
Un pueblo en ignorancia, es un pueblo que no piensa, no discierne, no califica, no clasifica ni propone nada sobre una idea o pensamiento determinado, ya que la voz oficial es la verdad para ellos.
En un artículo informativo, se decía que Chile presenta el impuesto al libro mas alto de Latinoamérica. Cuando alguien tiene la posibilidad de salir del país y observa los precios de la literatura que sea, descubre que en otros países los libros pueden estar bajo la mitad del precio existente acá en Chile. Al analizar este punto en base al tema tratado, descubrimos que esto es parte, sin duda, de la política sistemática de los poderosos y gobernantes, a quienes les conviene no incentivar la lectura ni la venta masiva de libros, permitiendo así la prolongación de la ignorancia y con ello una manera mas fácil de manejar las mentes y decisiones colectivas de un pueblo. Además, y de manera tan parecida a la práctica del imperio romano, el pueblo actual, también se deleita en medio de “pan y circo” que se ofrece en la prensa escrita y en la TV.
La educación también ha sido víctima de la intromisión de aquellos agentes censuradores que han manipulado la historia, cambiando episodios y conceptos de la misma, creando así una idea mal formada o preformada de los acontecimientos. Como fruto de ellos, generaciones completas que acarrean aquellas restricciones del conocimiento y de la pura verdad.
No obstante, hoy vemos emerger a una nueva generación de individuos que gracias a la masificación de la información propagada por la Internet y por las actuales redes sociales, están conociendo mas y por ende, descubriendo que la voz oficial no necesariamente es la verdad como siempre se nos acostumbra a decir. Esta información y distribución de conocimiento mediante la Internet y redes sociales, aún no sufre la censura ni mutilación como ya los periódicos, la radio o la TV lo manifiestan con mucha evidencia.
En la actualidad los diarios son verdaderas vitrinas de vanidades donde las portadas ocupan por completo el rostro de alguna de estas figuritas famosas y sibaritas de turnos; de eso se alimenta la gente. Por su parte, los noticieros hablan de la moda, de la comida, de deportes y de entretención general, que en nada aportan a la información que la población debe saber.
Este análisis breve y somera mirada de la historia respecto a la censura de la información y restricción del conocimiento, también ha sido transversal al pueblo de Dios, y este es un gran tema que debemos abordar con mucha altura de mira, ya que en la actualidad tenemos una cristiandad que adolece de los mismos problemas que la sociedad secular demuestra respecto a la censura y la ignorancia de la información.
Hoy cualquiera enseña cualquier cosa en un púlpito y una gran mayoría lo cree con “fe ciega” sin tener ningún punto referencial que le permita discernir la verdad del error.
La voz despótica de algunos que se autoproclaman “profetas, siervos o mensajeros de Dios”, exige, dicta, ordena, concede, restringe y censura de la misma manera que los césares lo hacían en el tiempo del imperio romano, y como sello de esta imagen decadente, un pueblo recalcitrante que esta sumido en la ignorancia y el fracaso.
Es impresionante ver a hermanos que pasando años en un congregación y portando por mucho tiempo la biblia bajo el brazo, hayan estado por todo aquel período sometidos en la ignorancia de la censura de la información verdadera y completa de lo que Dios dice en su Palabra. El apóstol Pablo decía:
“ porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios” Hechos 20:27
Muchas veces se ha dicho que una verdad a medias, es una gran mentira. No se puede censurar la Palabra de Dios, y quien lo haga, no puede llamarse siervo de Cristo. Los verdaderos predicadores anuncian todo el consejo de Dios, pero lamentablemente hoy existe la censura evangélica, donde la información no se entrega correctamente debido a que las hegemonías religiosas saben muy bien, que si la hermandad comienza a aprender y a adquirir el conocimiento puro no adulterado, también comenzará a abrir los ojos y descubrir las tremendas contradicciones entre lo que se enseña y se practica, y lo que verdaderamente Dios enseña en su Palabra.
Hoy existe una gran muchedumbre evangélica que también se sustenta con “pan y circo” en sus reuniones. Todo es brinco y entretención e información censurada, manipulada según la concupiscencia de sus propios maestros.
Ya la Palabra de Dios lo advertía hace siglos mediante el apóstol Pablo cuando decía:
“Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” 2 Tim. 4: 3- 4
Existen varios líderes manipuladores que según sus propios deseos, estan enseñando lo que se les plazca, torciendo la biblia y censurando aquellos pasajes que no les conviene. La biblia es tan clara y precisa en aclararnos la correcta actitud que debemos tener frente a este punto, en especial al momento de analizar cada enseñanza que los líderes presenten a la iglesia, veamos:
“Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así” Hechos 17:11
La biblia califica de “nobles” a los hermanos de Berea debido a que recibían la palabra con solicitud y escudriñaban las escrituras para ver si lo que Pablo enseñaba estaba conforme al texto sagrado. No obstante, en la actualidad estas actitudes que la biblia las cataloga como “nobles”, por muchos son consideradas como “cuestionamientos al ungido de Dios”, “blasfemias contra el Espíritu Santo”, “dudar de la enseñanza del pastor”, etc. etc. Esto es una niñería que no resiste análisis. La iglesia tiene el deber de cotejar con la escritura, cada enseñanza y cada comportamiento de los líderes de su congregación. Sin duda, que textos como estos, son censurados por los que se creen dueños de la iglesia.
Más aún, la Biblia respecto a la censura o restricción del conocimiento presenta una cruda advertencia que siempre debemos recordar:
“Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro” Apoc. 22:19
Toda censura de la Palabra de Dios, entra en el marco de esta advertencia, en otras palabras, sin un predicador omite o censura alguna enseñanza que no le es propicia para sus intereses de poder, la biblia enseña que el tal no es salvo, sino que un obrero fraudulento.
Estos pastores sanguijuelas que lo único que quieren es vivir de la lana de las ovejas y que nunca le han trabajado un día a nadie y que se han escudado bajo el pretexto inmoral de un supuesto llamado de Dios, por muchos años han alimentado a sus feligresías con mentiras respecto a la dispensación del conocimiento y el manejo de la información bíblica, restringiendo cual oscurantismo del romanismo, el manejo del saber y aduciendo impúdicamente a conceptos torcidos como el clásico “la mucha letra mata”.
Los evangélicos censuradores y liberales dicen que esta enseñanza del apóstol Pablo ubicada 2 Corintios 3:6 se refiere a que el estudio exhaustivo, sistemático y perseverante de las Escrituras, matan al espíritu y crea iglesias muertas.
Sin embargo, aquella enseñanza no solo es falsa, sino que es una manipulación tendenciosa ya que el texto señalado de 2 Corintios 3:6 jamás enseña aquello. Lo que ahí presenta el apóstol Pablo, es una comparación entre el antiguo pacto de la ley (la letra) y el nuevo pacto de la gracia (el espíritu), y como bien sabemos, la ley condena, más la gracia de Cristo es la que salva. De ninguna manera se enseña la postura anti cristiana de que estudiar mucho la Escritura nos puede matar, es mas, es un insulto a Dios y a su Palabra.
De esta manera, los dictadores religiosos que gobiernan grandes corporaciones evangélicas y muchos llamados pastores que solo han sido unos verdaderos descréditos a la causa de Cristo, están sistemáticamente censurando y acallando la voz de los verdaderos predicadores que solo hablan la verdad y solo la verdad de las santas escrituras.
Estos contumaces no desean que el pueblo evangélico lea, entienda, medite y aprenda, ya que estas palabras que forman un verdadero acróstico (L.E.M.A.) vienen a ser un enemigo de la ignorancia y por lo tanto, se complicaría la tarea diaria del lavado de cerebro y manipulación de las conciencias colectivas.
Un hermano que lee la biblia, es un individuo que teme a Dios más que a los hombres, que no pone su confianza en ellos y que no se somete a dictámenes
arbitrarios y manipuladores. En otras palabras, es un hermano que comienza a ejercitar el discernimiento y que exige base bíblica en lo que se le enseña.
Frecuentemente estos hermanos son aislados o expulsados de las congregaciones debido al “pecado” de pedir argumento bíblico frente a las prácticas o exigencias establecidas en aquellas iglesias, y para colmo, se les acusa de dudar de la enseñanza de su “pastor” quien es infalible y el único ungido según ellos.
Todo esto es el fruto de la censura dentro de la iglesia, la cual existe con los mismos propósitos de siempre, subyugar a un pueblo en la ignorancia para manipularlo y para que este a su vez, haga irrestrictamente todo lo que su líder le ordene, confirmando con ello la hegemonía y la dictadura anticristiana de estos falsos profetas que nunca han conocido la verdad.
SI Ud. amado hermano esta en un lugar donde se censura la Palabra de Dios para mantener al pueblo en ignorancia, y a cambio recibe las dosis de “pan y circo”, algarabía y mundanal frenesí, le debo decir que Ud. está en una falsa iglesia y ya es su responsabilidad continuar allí subyugado en el error y en la ignorancia. Por nuestra parte, pregonamos lo que enseña la infalible Palabra de Dios en 2 Cor. 6: 17 que advierte que Cristo está fuera de aquellos lugares y que Su palabra ya ha sido embargada:
“Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré” 2 Cor. 6: 17
Que la gracia de Dios le ilumine en este importante tema. Que así sea, Amén.
PEL 2011