Hay muchos en la actualidad que se arrogan la posición singular de ser “El ungido” de la nación. Es una evidente presunción enmarcada irresponsablemente en pasajes de las escrituras basados en la experiencia de los reyes de Israel, y que ahora se enarbola como una estructura monárquica y lejos de todo perfil dejado por nuestro Señor y Salvador Jesucristo en relación a su iglesia.
Estos “ungidos” han llegado al punto de dirigir vidas, salvar o condenar personas, añadir o quitar en las escrituras y establecer hegemonías dictatoriales en el pueblo de Dios. A esto se le debe agregar en forma individual, la autoproclamada infalibilidad muy semejante (por no decir idéntica) a la establecida por la madre de las rameras, la iglesia católica romana. En otras palabras, estos “ungidos” no tienen errores y cada palabra que ellos proclamen, han de ser observadas con extremada fidelidad por sus feligreses, de lo contrario cualquier desobediente, se expone al “juicio divino”.
Estos semidioses, tal vez ignoran que al autoproclamarse “Ungidos”, están llamándose a sí mismo “Cristo” y bien sabemos que cualquiera que se diga ser “Cristo” es un anti Cristo, lo que significa que se pone en lugar de Cristo, que es un usurpador o suplantador.
El apóstol Juan nos habló de esto:
“Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo. Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros” 1 Juan 2:18-19
La presencia de estos “ungidos” no es nada nuevo. La Biblia lo anticipa con absoluta claridad. Juan el apóstol, fue escogido por Dios para recibir la revelación de Jesucristo. Fue él quien escribió inspiradamente el Apocalipsis y sus visiones dejan claramente establecida la llegada no solo de “el anticristo” en sentido singular, sino que de los “anticristos” en sentido plural. Nuestro Señor y Salvador Jesucristo también lo enseñó en forma muy abierta:
“Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán…Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis. Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos” Mateo 24: 3-25
La palabra Cristo proviene del griego y significa “ungido”. El único que tiene este título en sentido singular y absoluto es nuestro Señor y Salvador Jesucristo, nadie más. Cualquiera que reclame dicha posición, aún en medio de hechos portentosos, milagros, prosperidad, bonanza o compañía multitudinaria, es un falso maestro y es un falso cristo enviado por el padre de mentira.
Lo sorprendente del pasaje citado, es que el engaño es tan excelente, que aún los “escogidos” podrían ser engañados por estos falsos predicadores autoproclamados “ungidos”.
Ante esto, se confirma aún más la necesidad de que en medio de las iglesias siempre exista la voz atalaya, de advertencia y de apologética, para descubrir oportunamente las artimañas del error. Negar esto, no es mas que soberbia indiscutible.
¿UN UNGIDO O TODOS UNGIDOS?
El problema de la mala interpretación de las sagradas escrituras, ha llevado a cometer excesos y falsas enseñanzas. La mezcla irresponsable entre el trato de Dios con su pueblo terrenal Israel y con su pueblo celestial, la iglesia, ha permitido la circulación de doctrinas erradas y torcidas por hombres indoctos e inconstantes, y que lamentablemente ha elaborado un enorme “caballo de Troya” que ha penetrado sutilmente en medio del pueblo de Dios, y a veces, cristianos sinceros, ni siquiera se han dado cuenta. Como ejemplo tan solo citemos el caso del ecumenismo, la nueva “alabanza”, Mel Gibson y su película, etc., que han sido expresiones anti bíblicas muy bien recibidas por las mayorías, sin discernir el error.
La Biblia no enseña que en la iglesia exista un “ungido” con una revelación especial, un poder especial o con una estatura especial. Por el contrario, existe abundante evidencia de la igualdad entre los hermanos incluyendo a pastores, obispos o ancianos, cuyos términos son absolutamente sinónimos.
El único que es cabeza de la iglesia es nuestro Señor y Salvador Jesucristo, y su único representante o vicario, es el Espíritu Santo.
“…aman los primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas, y las salutaciones en las plazas, y que los hombres los llamen: Rabí, Rabí. Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos. Ni seáis llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo. El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo” Mateo 23:6-11
“…y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia” Colosenses 1 :18
Por otra parte, es necesario precisar que la Biblia también aclara que la unción no es una prerrogativa de alguno, o que es un poder o distinción de alguien singular, por el contrario, dicho argumento se desmorona al leer con atención y humildad lo siguiente:
“Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas… Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él” 1 Juan 2: 20-27
Cada creyente ha sido ungido por el Espíritu Santo y es él quien nos enseña todas las cosas, nos advierte ante el error y nos conduce a toda verdad y a toda justicia. Por esto, es necesario acercarse a Dios con humildad, es decir, reconociendo nuestras limitaciones delante del Dios Santo, para que él obre en nosotros.
Lamentablemente, muchos se han envuelto en su propia prudencia, opinión y soberbia, y así, el Espíritu Santo no actúa en ellos porque Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes ( Santiago 4: 6)
EL MINISTERIO DE LOS UNGIDOS
Uno de los términos que ha ganado mayor realce dentro de la iglesia evangélica, es el de “UNGIDO DEL SEÑOR”. Este término identifica de manera indiscutible en gran parte de los círculos evangélicos, a hombres y mujeres que llevan a cabo una labor publica en las denominaciones. Muchas veces reviste tal grado de importancia, para quienes observan estas formas, que las disposiciones, pensamientos y deseos de sus líderes son mandatos casi divinos e indiscutibles. Muy a menudo quienes siguen el molde religioso de estas extrañas teologías se subyugan de tal manera que sufren la esclavitud a las filosofías y huecas sutilezas de los hombres, quedando prácticamente en el olvido la libertad y la verdad que solo hay en el Señor Jesucristo, anunciado en el único medio autorizado por Dios, es decir “La Santa Biblia”.
Hemos presenciado atónito en estos días, como multitudes, turbas enloquecidas por el frenesí siguen junto a sus familias a hombres que son verdaderos animales irracionales, como así lo mencionan las Sagradas Escrituras. Tal es el caso del conocido “Jesucristo hombre” José Luis de Jesús Miranda, que tras una larga trayectoria desde la cárcel donde cumplió una condena por robo y un historial de drogadicción circunda los medios de la Iglesia Evangélica Pentecostal y posteriormente la Bautista, para hoy día proclamarse dios sobre la tierra. Con 300 congregaciones 200 pastores fraudulentos y más de 100.000 miembros este predicador del engaño satánico, seduce diariamente a millares a través de la televisión y sus 287 programas radiales.
Llama la atención que la antesala de este fraude surgiera de las propia muchedumbre hipnotizada con un fervor que les hacia ver y sentir en este hombre al “Ungido de Dios” sobre la tierra.
No es un caso aislado el del falso cristo, como tampoco es una casualidad la apostasía y el seudoevangelio que viven tantas congregaciones evangélicas, las que han olvidado el estudio de La Biblia para correr tras un evangelio diferente, cuyo mensaje central es la satisfacción de los antojos y ansiedades del hombre, antes que la gloria del Salvador por lo que observamos el cumplimiento que refiere el Apóstol Pablo en las Sagradas Escrituras cuando escribe:
“Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios y cambiaron la gloria de Dios incorruptible en semejanza de de hombre corruptible…” Romanos 1:21-23
Así es el escenario de la nueva evangelización, a perdido de vista su blanco seguro y perfecto, ya que no esta centrada en Jesucristo ni en las inconfundibles y grandes doctrinas de la Biblia como, la expiación, la redención, la eficacia de la Sangre bendita de nuestro Salvador Jesucristo, el llamamiento irresistible y soberano de Dios a la criatura pecadora, etc… Antes bien, sobresalen enseñanzas ajenas a los conceptos de sencillez y verdad de la Biblia, tales como la prosperidad, La visualización, la búsqueda de manifestaciones tales como “la risa Santa” “Las caídas Milagrosas” , los exorcismos entre los propios asistentes “creyentes” dentro de las congregaciones, la adivinación, hasta la absurda y depravada practica de la liberación por piel o boca. Practicas que no fueron introducidas dentro de la Iglesia por el Vicario de Cristo, es decir el Espíritu Santo, sino como advierte la Biblia , por hombres reprobados y apostata.
“Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negaran al Señor que los rescato, atrayendo sobre si mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas.” 2 Pedro 2: 1-3
Es por esto, que hoy mas que nunca la Iglesia apartada por el amor del Señor Jesucristo, “El Ungido y Pastor por excelencia de nuestras almas“ debe oír y obedecer su voz.
El Señor Jesucristo no es religión, no es la causa de un mejor estatus social, ni una receta mágica como clave para el éxito de los negocios, El Señor Jesucristo es el Salvador, el Ungido Rey Soberano de nuestras vidas. Ciento por ciento Dios y ciento por ciento hombre, que nos compro por su Sangre gloriosa para otorgarnos las preciosas promesas que nos aguardan en los cielos.
El ungido de Dios, el Señor Jesús dijo:
“El Espíritu del Señor es sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas á los pobres: Me ha enviado para sanar á los quebrantados de corazón; Para pregonar á los cautivos libertad, Y á los ciegos vista; Para poner en libertad á los quebrantados” Lucas 4:18
Ante tanta confusión pudiera un creyente verdadero preguntarse, ¿Quién en el presente tiempo predica la verdad? La Biblia dice que la verdad no es relativa, es decir no depende del punto de vista con que se mire un acontecimiento, la verdad es única e inalterable. El Señor Jesucristo dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida… y la mejor manera de Saber la verdad es conociendo la Biblia, pues esta cual espejo nos revela quien es de Dios y quien es del diablo.
dice
“Mas el que obra verdad, viene á la luz, para que sus obras sean manifestadas que son hechas en Dios.” Juan 3:31
“Comprobemos lo que es agradable al Señor. Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas; por que vergonzoso es aun hablar de los que ellos hacen en secreto. Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz (la Palabra del Señor) son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo” Efesios 5:10-13
La gracia y la paz de Jesucristo sea con ud . me gusto mucho este tema y ha confirmado lo q mi esposo y yo entendíamos acerca del significado de
“ungido”. Mi Señor Jesucristo le guarde y bendiga. Jesucristo le pague.
Queridos hermanos:
Mi alma alaba al Señor por la sabiduría y el celo por su palabra que ha puesto en sus corazones. Que El continúe obrando y bendiciendo a cada uno de ustedes. Por nuestra parte continuamos orando para que nos sostenga en la verdad.