Un día tuve que presenciar involuntariamente una reunión de miembros de una importante congregación pentecostal de Santiago. Entre todas las cosas que hablaba el pastor de esa congregación, me llamaron enormemente la atención algunas palabras que eran dirigidas hacia la congregación en una forma casi despótica y dictatorial.
El pastor anunciaba que los primeros asientos debían ser ocupados por la gente que trabajaba directamente con él y al que no le gustaba, sencillamente se tenía que ir de la congregación. Mas adelante en su particular discurso, anunció algunas restricciones que solo las podía abordar él y solo él, porque él era “papa” y todos los que trabajaban con “papa” debían obedecerle (versión literal)
Esta experiencia absolutamente verídica, me ha motivado a pensar en cuan vulnerable es la mente del ser humano, a tal punto de someterse y renunciar a todo intelecto y voluntad con el fin de agradar a un hombre, aún cuando este muestre rasgos de despotismo o sádica tiranía. Esto no es otra cosa que el culto al hombre, es el viejo temor al “ungido” y que se transforma en un ser infalible capaz de azotar a sus feligreses de la manera mas brutal, obteniendo a cambio la lealtad mas irrestricta que se pueda imaginar. Esto explica el surgimiento y mantenimiento de las sectas con sus fatales desenlaces producto del lavado de cerebro que se realiza en el interior de estos grupos herméticos, radicalizados y absolutistas. Tan solo recordemos al tristemente célebre Jim Jones y el suicidio masivo en Guyana o David Korech con la terrible tragedia de Waco Texas.
Hoy estos tiranos aún existen. Con su gran poder de persuasión y carisma pueden tener embelesados a una enorme cantidad de feligreses que los adoran y los reverencian tan igual como en las culturas hindúes y budistas ensalzan a sus “iluminados”.
Al ver esos cuadros en que cientos o miles de personas alaban a un hombre a cambio de azotes y despotismo, realmente es un tema de análisis sociológico. Mientras mas son maltratadas las personas de estas iglesias, más fieles y más leales son. Tal vez es la clásica simonía que se alberga en lo profundo del corazón del hombre que busca ganarse el favor de Dios a cambio de sacrificios o dinero.
Estas subyugadas y maltratadas feligresías, son aquellas que dan todo lo que tienen a fin de que su “pastor” pueda andar en un buen vehículo y vivir en una espléndida casa.
Las expresiones como “reverendo, mi pastor o el ungido”, son las clásicas distinciones nobiliarias que estos tiranos espirituales reciben de aquellas ovejas incautas y serviles, que están dispuestas a todo, con tal de agradar al hombre mas que a Dios.
Al ver todo este cuadro de una decrepita iglesia actual, no se observa ninguna diferencia entre el efecto que produce en su público un afamado artista mundano y la actuación de estos “santos varones” que se arrogan tener una distinción especial respecto a sus hermanos. Actúan como si papá tuviera hijos privilegiados.
Pero, ¿Qué dice la Biblia de toda esta idolatría terrible que se ha metido dentro del pueblo de Dios?
En primer lugar, debemos recordar que esto no es nada nuevo, sino que el testimonio apostólico nos dejó grandes advertencias que hoy ni siquiera se comentan. Por ejemplo, empecemos con el apóstol Pablo:
“Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos” Hechos 20:29-30
La preocupación de Pablo radicaba en el cuidado del rebaño y en la necesidad de que los obispos velaran constantemente. Es una verdadera profecía entregada en Mileto y que anunciaba el surgimiento desde adentro, de lobos rapaces que arrebatarían las ovejas.
Esto es una clara advertencia que recobra plena vigencia en estos días, ya que los tiranos de la actualidad no perdonan al rebaño y tienen a las ovejas sumidas en la superstición a fin de sacarle la lana y vivir de ellas.
Pedro y Judas lo declaran de la siguiente manera:
“Pero hubo también falsos profetas…Y muchos seguirán sus disoluciones…y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas” 2 Pedro 2: 1-3
“Estos son murmuradores, querellosos, que andan según sus propios deseos, cuya boca habla cosas infladas, adulando a las personas para sacar provecho” Judas 16
En ambos textos, se mencionan a estos falsos profetas cuyas predicaciones serán solo lisonjas para sacar provecho. Con justa razón la Biblia los describe con tanta crudeza, y no podría ser de otra forma debido a que se trata de un arquetipo de lobo rapaz con cobertura de oveja.
Ante tan elocuentes textos, aparece otro que se aproxima aún más al tipo de líder que hemos estado describiendo en este estudio. Me refiero al del apóstol Juan:
“Yo he escrito a la iglesia; pero Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe. Por esta causa, si yo fuere, recordaré las obras que hace parloteando con palabras malignas contra nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe a los hermanos, y a los que quieren recibirlos se lo prohíbe, y los expulsa de la iglesia” Juan 9-10
¡Gracias a Dios por este relato! Porque es un verdadero precedente y documento de certificación que nos permite validar lo que estamos anunciando.
Hoy esta lleno de “Diotrefes”, hombres altivos y amadores de sí mismos, sectarios, que les gusta tener el primer lugar y que se arrogan el derecho de ser los “porteros” que dejan entrar o expulsar a personas de las iglesias. Es como si el dueño de la iglesia fueron ellos y no el Señor quien dijo: “…edificaré MI iglesia” Matero 16:18. La iglesia es del Señor y nosotros solo administradores y colaboradores.
Sin embargo, hoy se habla de la iglesia del pastor A, B o C como quien dice, cada uno con su propia iglesia, leyes y requisitos, y al que no le gusta, se va.
¡Que insulto al Señor! La iglesia jamás ha sido ni será de ningún hombrecito frágil e incompetente, sino que por el contrario, la iglesia es de aquel que la sustenta y es el mismo que murió por ella y que pronto vendrá a retirarla de en medio de este mundo de maldad. ¡Aleluya!
Estos son los “Diotrefes” del siglo XXl, personas déspotas que merced a los títulos que las mismas membresías les han entregado, ocultan su verdadera impiedad y sus facinerosas pretensiones. No obstante, sus fieles les siguen con una vocación franciscana, irrestricta e inmutable, al fin y al cabo dicen ellos: “… cada uno dará cuenta ante Dios…”
La Biblia jamás presenta esa premisa cómoda, irresponsable e inmoral, por el contrario, nuestro Señor dijo:
“Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo” Mateo 15:14
La enseñanza nunca dice que solo el falso profeta caerá al hoyo, sino que ambos, el guía y el que se dejó guiar caerán al hoyo. Por lo tanto, ¡cuidado! querido hermano o hermana; si Ud. se ha dado cuenta que en su congregación el líder abusa de los hermanos, los exprime hasta sacarle el último peso, los mortifica con textos fuera de contexto para mantener supersticiones e instrucciones anti bíblicas, y es un verdadero Diotrefes que “parlotea” con palabras malignas a quienes lo critican, expulsa a hermanos o impide el ingreso de otros, le debo decir que Ud. esta frente a un falso profeta y ya es su responsabilidad mantener ese yugo de esclavitud al cual nunca lo ha llamado el Señor. Por nuestra parte, la misión esta cumplida:
“Hijo de hombre, habla a los hijos de tu pueblo, y diles: Cuando trajere yo espada sobre la tierra, y el pueblo de la tierra tomare un hombre de su territorio y lo pusiere por atalaya, y él viere venir la espada sobre la tierra, y tocare trompeta y avisare al pueblo, cualquiera que oyere el sonido de la trompeta y no se apercibiere, y viniendo la espada lo hiriere, su sangre será sobre su cabeza. El sonido de la trompeta oyó, y no se apercibió; su sangre será sobre él; mas el que se apercibiere librará su vida. Pero si el atalaya viere venir la espada y no tocare la trompeta, y el pueblo no se apercibiere, y viniendo la espada, hiriere de él a alguno, éste fue tomado por causa de su pecado, pero demandaré su sangre de mano del atalaya. A ti, pues, hijo de hombre, te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y oirás la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte” Ezequiel 33: 2-7
En la labor evangelística que la iglesia debe desarrollar, esta la ingrata misión de ser atalaya. Digo ingrata, porque son los mismos hermanos que lapidan a los atalayas que advierten y denuncian el error, el peligro y las atrocidades que están ocurriendo en los tiempos de apostaría que estamos cruzando.
En esta oportunidad hemos tratado el tema denominado “los azotes de Diotrefes” debido a que muchos de los líderes actuales so pretextos de ser intocables por el hecho de haber sido investidos como ungidos u obispos, y que se arrogan el derecho, cual Diotrefes, de actuar con un despotismo y tiranía inaceptable, haciéndose dueños de la iglesia y maltratando a las ovejas de manera despiadada, robando su lana y viviendo de ellas en forma impúdica.
Estos falsos maestros y profetas, cuya ordenación nunca ha provenido del cielo, son los que gobiernan gran parte de las corporaciones evangélicas. Acostumbran a andar con guardaespaldas, se movilizan en lujosos automóviles y viven en espléndidas casas, y todo gracias a esa masa de fieles incondicionales maltratados, azotados y amenazados, quienes voluntariamente han renunciado a todo sentido común y están dispuestos inclusive a acompañar a sus líderes hasta el mismísimo infierno con tal de guardar esa enfermiza lealtad.
Dios dice: “Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor,
Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré” 2 Cor. 6: 17.
Que la gracia de Dios le ayude a comprender este importante tema. Que así sea. Amén.
PEL2009
Querido Pastor mas que un comentario es una pregunta, cualquier Pastor puede formar una iglesia? Que Dios lo siga iluminando con sabiduria y muchas bendiciones.
exelente predicaciòn,continue en esta reevangelizacion de los evangelicos progresistas y otras apostasìas.
Un día estarán esos falsos pastores delante del Juez de la tierra dándole cuentas al creador
vamos a orar por los diotrefes,,,nosotros prediquemos el perdon y arrepentimiento de pecados en el nombre de jesus,,cada pastor sera jusgado por lo que hable,,digo esto con todo respeto ,es mi forma de pensar personal.san mateo 12:35-36,,