“No os conforméis a este siglo…” Romanos 12:2a
La palabra “cultura” proviene del latín y denota la idea de cultivo; lo que evidentemente se asocia a la actividad de surcar (la tierra), sembrar, cosechar, plantar, etc. De modo que cuando hablamos de la cultura de un pueblo, estamos implícitamente describiendo las costumbres o formas profundamente enraizadas o arraigadas en aquel pueblo, etnia o nación. El término “cultura” proviene de la antropología (estudio del hombre) y es frecuentemente usado cuando se habla del arte, del lenguaje, cosmovisión, religión o de la costumbre social del hombre en un territorio determinado.
Como primera cosa, no podemos negar la existencia de la cultura y sus más variadas expresiones. La música, la danza, el lenguaje coloquial, las comidas, etc. Son parte de la cultura de cada sociedad. Y la Iglesia de Cristo vive en medio de un mundo con diferentes culturas.
No obstante, este artículo tiene como objetivo presentar lo que la biblia dice al respecto y confrontar a la idea “teo-sociológica” que enseña que sí es importante la cultura de los pueblos para la efectividad del evangelio. Hace poco el Dr. Tim Keller dijo: “La Iglesia necesita artistas porque sin el arte no podemos llegar al mundo” (http://pulpitandpen.org/2017/07/13/tim-keller-claims-people-cannot-be-reached-without-art/)
Esto lo dijo en el marco de la publicación de un video (que fue eliminado de YouTube), y que mostraba una coreografía de danza clásica realizada en su iglesia, previo a la celebración de la cena del Señor; y en donde tres bailarines evidentemente amanerados desarrollaron una performance artística en medio de un “culto evangélico” (http://pulpitandpen.org/2017/07/10/tim-kellers-redeemer-church-puts-on-effeminate-worship-service/)
La declaración del Dr. Keller no nos debe dejar indiferentes. Él es un prominente predicador neo calvinista norteamericano, con mucho carisma e impacto en las nuevas generaciones de cristianos. El Dr. Keller y su doctrina confirma una vez más que el mover “neo calvinista” lleva consigo enseñanzas y prácticas espurias a la doctrina de La Palabra de Dios, en cuanto a principios y también formas. Como bien sabemos, el “neo calvinismo” incorpora en su pragmatismo, el uso de la cultura; en particular las artes para dar “efectividad a la predicación del evangelio”. Esto es algo que ya hace décadas pasadas, las iglesias liberales y carismáticas vienen enseñando y practicando en sus cultos. Gran parte de este caldo de cultivo se “lo debemos” a Rick Warren y su “iglesia con propósito”.
Aunque dicen que no lo aprueban, el “neo calvinismo” sí se mueve en la esfera del pragmatismo (el fin justifica los medios). La inclusión por ejemplo de conjuntos musicales de Hip Hop y de Rap, es una muestra clara y determinante que el pragmatismo es parte del marketing de este movimiento. Como detectamos en la mayoría de las congregaciones cristianas, ahora son los jóvenes y la moda quienes dictaminan lo se ha de hacer en la iglesia para hacerla atractiva. Recordemos que Rick Warren habla de crear “nuevos paradigmas” de iglesias, y es precisamente eso lo que está haciendo obedientemente el “neo calvinismo”. Y no pueden negarlo, porque son los mismos líderes neo calvinistas los que se reúnen y comparten personalmente con Warren. Ahí tenemos por ejemplo al Dr. Albert Molher y al Dr. John Piper que han compartido con él. (http://indefenseofthegospel.blogspot.cl/2013/08/what-does-john-piper-al-mohler-have-in.html)
Ambos “doctores” incorporan en sus reuniones y conferencias el estilo musical conocido como Hip-Hop, sentando así un nítido precedente abierto para las iglesias latinoamericanas. Al final de todo, quizás terminemos escuchando por ejemplo a todos los exponentes de la “nueva alabanza” como el afamado Marcos Witt diciendo: “…ven que tenía razón?” El Portal oficial del Dr. Molher respecto a esto dice: “Hip-hop y música rap tienen un influjo increíble y la influencia en la cultura de hoy. ¿Cómo pueden los cristianos usar esta poderosa forma de arte para traer gloria a Dios y ver a Cristo exaltado en la vida de la Iglesia? Los cristianos están llamados a hacer todo lo posible para la gloria de Dios, incluyendo el arte y la música rap” (http://www.albertmohler.com/2009/07/16/hip-hop-in-the-name-of-christ/)
La amalgama doctrinal del “neo calvinismo” incluye los postulados de enseñadores fuertemente influenciados por el ecumenismo de John Stott por ejemplo; la cultura juega un papel muy preponderante en su estrategia evangelista. Los líderes neo calvinistas como los doctores Tim Keller, John Piper, D.A. Carson, Al Molher, entre otros, y por el lado latinoamericano los doctores Miguel Nuñez o Sugel Michelen, enfatizan el asunto cultural como medio eficaz para la propagación del evangelio. Eso explica por qué en sus iglesias se incorporan expresiones culturales, artísticas, musicales, etc., y que en un verdadero sincretismo religioso se presenta como la solución para evangelizar al mundo.
QUE DICE LA BIBLIA….
La biblia abunda en advertencias a no tomar “el molde” del mundo, sino que al contrario. El texto que encabeza este articulo habla de aquello. Allí La palabra “siglo” significa “mundo o sistema”, lo que incluye evidentemente la cultura de los pueblos. Dios a través del apóstol advierte a “no tomar la forma del mundo” (conformar) La razón es simple; el mundo o sistema aún está bajo “vanidad” o directamente bajo el pecado y bajo el dominio de Satanás.
“Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. Porque la creación fue sujetada a vanidad…porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora” Romanos 8: 19-22
“…el mundo entero está bajo el maligno” 1 Juan 5:19b
Si creemos literalmente lo que la biblia dice no hay problemas con entender los pasajes bíblicos citados; pero si interpretamos la biblia mediante fabulas alegóricas, diciendo por ejemplo, que estamos ya en el reino de Dios, y todo lo que en este mundo hay le pertenece a los cristianos y debemos reclamarlo y conquistarlo, etc.; la conclusión será diametralmente distinta. En esta última posición dominionista, la cultura es parte de lo que debe ser conquistado también.
Pero la biblia revela de manera clara el desapego de Dios hacia las costumbres de los pueblos. No se observan enseñanzas bíblicas en donde Dios diga a su pueblo que su Palabra debe ser “rebajada a la cultura local de una determinada sociedad”. Al contrario, El advierte que la cultura de las naciones están contaminadas por el pecado. Dios anhela la santificación de su pueblo y no las mixturas con elementos enraizados en el mundo, como lo es en este caso la cultura.
“No aprendáis el camino de las naciones… Porque las costumbres de los pueblos son vanidad” Jeremías 10: 1-3
“No haréis como hacen en la tierra de Egipto, en la cual morasteis; ni haréis como hacen en la tierra de Canaán, a la cual yo os conduzco, ni andaréis en sus estatutos” Lev 18:3
“Y no andéis en las prácticas de las naciones que yo echaré de delante de vosotros; porque ellos hicieron todas estas cosas, y los tuve en abominación” Lev 20:23
Estos pasajes entre otros, nos revelan el carácter santo de Dios. Leerlos y aceptarlos como principio, no es parte de una idea legalista de un hombre, sino que muestras de búsqueda hacia la obediencia. Dios manda a su pueblo Israel a apartarse de los estatutos, tradiciones y culturas de los pueblos. Su Palabra no puede llevar aditivos de las naciones para “conquistar” a las naciones. Ella tiene poder en Sí misma y es perfecta para convertir el alma (Salmos 19:7)
DANIEL, SUS AMIGOS Y LA CULTURA
Quizás uno de los mejores ejemplos sobre la mezcla entre la “verdad y la cultura”, lo observamos en Daniel y sus amigos. Ellos fueron deportados de su tierra para llegar a un país con una cultura diferente. Hasta sus nombres originales fueron cambiados.
“Entre éstos estaban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, de los hijos de Judá. A éstos el jefe de los eunucos puso nombres: puso a Daniel, Beltsasar; a Ananías, Sadrac; a Misael, Mesac; y a Azarías, Abed-nego. Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse” Daniel 1: 6-8
Daniel y sus amigos eran parte del pueblo de Dios. Eran de Judá. Ellos llegaron al territorio de dominio babilónico luego de que el rey Nabucodonosor sitiara a Jerusalén. Fueron reemplazados sus nombres e incorporados en las actividades de servicio del palacio del rey. Sin embargo, el texto dice que Daniel propuso en su corazón “no contaminarse con la comida del rey”. La comida, bebida y las prácticas de la realeza eran de una “cultura” muy diferente a la hebrea, y como bien sabemos, en la ley mosaica se describe las prohibiciones a comer alimentos inmundos. Daniel tenía arraigado el concepto de santidad y de contaminación; y no estaba dispuesto a negociar su fidelidad a La Palabra de Dios para mezclarse o contaminarse con la cultura babilónica. Es por esa razón, que pidió al jefe de los eunucos a que no le obligase a contaminarse con la comida y bebida del rey. Dios le respaldó, porque Daniel “halló gracia” en el jefe de los eunucos (Daniel 1:9).
Note que Dios respaldó la fidelidad de Daniel. Pero si el profeta hubiera razonado como los “doctores” de la actualidad nos enseñan; quizás habría dicho… “esta es la oportunidad de llevar el evangelio mediante la cultura de babilonia y alcanzarlos para el reino” Como bien sabemos eso no fue así y por eso Dios respaldó a Daniel.
Por su parte, los amigos de Daniel; Sadrac, Mesac y Abed-nego, tampoco se contaminaron con la comida y bebida “real” y fueron alimentados con legumbres y agua. Ellos no rebajaron la fidelidad a La Palabra de Dios hacia la cultura de babilonia. Su fidelidad fue gratificada por Dios (Daniel 1: 12-20) Este es un principio que debe trascender hacia nosotros en la actualidad.
PABLO Y LA CULTURA
De la misma forma, cientos de años después de la noble enseñanza que dejaron estos hijos de Judá, el apóstol Pablo nos señala con su propia experiencia la misma tónica de vida cristiana. Es decir, no mezclar lo santo con lo profano, la luz con las tinieblas, Dios con los ídolos, etc., es una de las advertencias más frecuentes en la biblia.
“No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos?…Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor” 2 Corintios 6:14-17
El apóstol Pablo lo vivió en carne propia cuando llega a las culturas helénicas. Cuando Pablo llega Grecia, no llevaba estrategias pragmáticas o de alianza cultural para alcanzar a los atenienses. Él llegó con la pureza del evangelio y nada más.
“Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría” Hechos 17:16
Esta característica del celo santo de Dios, es lo que escasea por estos días. Es cierto, los días que vivimos son días de apostasía y de engaño. Los líderes no muestran celo, sino que ahora hacen “guiños” de amistad y coqueto acercamiento hacia aquellos que practican y aprueban la idolatría. Sin embargo, vemos a Pablo literalmente “irritado” debido al celo santo de Dios por la idolatría que era parte de “la cultura” de la sociedad griega. Pablo predicó allí fielmente el evangelio y no hizo mixturas ideológicas ni apeló a la cultura o intelectualismo helénico como hoy se pretende enseñar. Él era cismático: decía a quienes se oponían y querían introducir la moda o la cultura a la iglesia: “…nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios” 1 Corintios 11:16b. Punto final. Veamos su fiel enseñanza:
“… cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado… y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.” 1 Corintios 2:1-5
Estamos en tiempos en que este texto se ha olvidado increíblemente. Los predicadores y doctores actuales son más intelectuales y cultos que antes. Ellos exhiben las enseñanzas de filósofos y de políticos en lugar de hablar de la biblia y solo de ella. Ellos insisten en que la cultura es necesaria para dar efectividad al evangelio. En otras palabras Juan 3:16 debe ser presentado al ritmo del Hip-Hop o del Rap o Romanos 5:8 debe cantarse con melodías sensuales y melosas que activan las emociones. Eso es lo que pide el público.
Por otra parte, recordemos que la iglesia católica siempre ha defendido esta postura que ahora los “doctores” han adoptado sumisamente. Los misioneros católicos siempre hicieron sincretismo religioso entre sus enseñanzas y la cultura de los pueblos. De ahí, por ejemplo, la famosa festividad de “la tirana” en el norte de Chile. Era una festividad pagana propia de “la cultura” nortina, pero los misioneros católicos la “cristianizaron”. Lo mismo estan haciendo las iglesias actuales con las distintas expresiones culturales y artísticas.
Pero el Señor siempre llama a su pueblo a salir y no contaminarse con las cosas del mundo que aún permanece en una condición “caída” por causa del pecado. La cultura en todas sus expresiones no puede ser la línea que regule la altura de la doctrina; al contrario, es la doctrina que debe regular nuestras reuniones, principios y formas de culto. La biblia es clara en eso.
Los creyentes hemos llegado a la luz por medio de la infalible Palabra de Dios y su Santo Espíritu, y no por la cultura, ni por nada que se transforme en un aditivo que altera la pureza del evangelio. Dios no acepta mixturas, ni tampoco las necesita. Él es soberano, y tiene todo bajo control.
Hoy se está mezclando la verdad con la cultura. Los predicadores han accedido a las presiones de los jóvenes y nuevas generaciones que exigen actualizar los himnarios, la infraestructura y llevarlas a los mismos cánones mundanos. Mientras Dios dice que no tomemos los moldes del mundo, lo que incluye la cultura (Romanos 12:2), los “doctores” nos dicen que “la cultura es la materia prima que Dios nos ha dado para alcanzar al mundo”. Con todo, ¿A quién le va a creer Ud.? Ahora es su responsabilidad.
Que la gracia de nuestro Señor y Salvador Jesucristo nos dé luz y sumisión a su Palabra para volver a las escrituras y procurar ser obedientes como Dios nos ordena. Que así sea. Amén.
PEL 07/2017
Mi mente finita y ejercitada en lo temporal, me llevó demasiadas veces a buscar métodos para despertar a las personas que lideraban (término que no soporto) los lugares que frecuenté, donde estaban las almas adormecidas bajo la tibieza del mensaje que hoy se hace llamar evangelio. Leer Ezequiel 8, una descripción detalla de la apostasía declarada para este tiempo en 2 Tesalonicenses, me ayudó a entender que el motor para tanto desvío no era una falta de comprensión acerca de la voluntad de Dios, sino un menosprecio profundo hacia Su Persona y hacia Su Palabra. Entonces las declaraciones en Isaías se presentaron en mi corazón hondamente terribles y amargas: “pueblo mío, los que te guían te engañan, y tuercen el rumbo de tus caminos”.
Gracias a Dios, hermano, por Su congregación de afligidos. Que Él nos guarde y tenga misericordia de nosotros y de nuestros amigos.
“Tus enemigos vociferan en medio de Tus asambleas;
Han puesto sus divisas por señales.
Se parecen a los que levantan el hacha
en medio de tupido bosque
y ahora con hachas y martillos
Han quebrado todas sus entalladuras.
Han puesto a fuego Tu santuario,
han profanado el tabernáculo de Tu Nombre echándolo a tierra.
Dijeron en su corazón: destruyámoslos de una vez;
han quemado todas las sinagogas de la tierra”,
Fragmento del Salmo 74.
Este movimiento está creciendo especialmente en congregaciones que todavía siguen la Palabra, gracias hermano por continuar alertando.
Cuando tenía Facebook me di cuenta que a muchos creyentes solo “les gusta” y “comparten” a un limitado grupo de “maestros” ya definidos por concenso y que si compartías de un hermano que no era parte del círculo cerrado establecido no le daban importacia aunque fuera muy edificante, fue cuando me dí cuenta que algo estaba muy mal.
Ahora algunos de estos “maestros” les estan desviando como usted bien registra en este artículo, hay que “encomendarles a Dios y a la palabra de su gracia”.