“…cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?” Lucas 18:8


Luego de enterarnos de la seguidilla de apostasía de tres líderes evangélicos norteamericanos; Joshua Harris, fundador del mega ministerio “Sovereign Grace”, Dave Gass, pastor principal de la iglesia “Grace Family Fellowship” y el cantante del “ministerio de adoración Hillsong”, Marty Sampson; con justa razón cabe preguntarnos: ¿Quiénes están liderando las mega iglesias y mega ministerios que capturan la atención de cada vez más iglesias locales? Me temo decir que varios de ellos son líderes con formación teológica; que han abrazado la fe reformada, pero que no han sido regenerados. Es la única explicación coherente basada en la biblia, ante una “deserción”; o como ellos la han llamado: “des conversión”, pero que directamente y sin eufemismos, es apostasía. Juan nos dice:

“Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros” 1ª Juan 2:19

Uno de ellos, Dave Gass dramáticamente escribió en su cuenta de twiter e Instagram: “... mi matrimonio fue una farsa, la oración nunca fue respondida, los milagros nunca se realizaron. La gente murió, los niños se rebelaron, los matrimonios fracasaron, se produjeron adicciones, todo al mismo ritmo que los no creyentes. El sistema simplemente no funciona”

[Fuente: https://reformationcharlotte.org/2019/05/02/former-megachurch-pastor-renounces-faith-on-instagram-and-twitter/ ]

Lo que estamos presenciando, es el desarrollo de una cristiandad sin fe, compuesta por personas no regeneradas. Que han entendido intelectualmente la teología de las doctrinas de la gracia, pero que sin embargo, no han sido convictos del Espíritu Santo para vida eterna. Es como solemnemente  lo dice el propio Señor Jesucristo a la iglesia de Laodicea: “…y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo” (Apocalipsis 3:17).

Esta es una cristiandad en crisis que anda por vista y no por fe; que es guiada por líderes cuyo rango etario revela la inexperiencia e inmadurez. Sus predicaciones son elaboradas sobre la base de su propia capacidad intelectual y la academia, pero no mediante el poder de Dios. Quizás para más de alguien, esta declaración pudiera ser presumida, no obstante, las ultimas deserciones de estos líderes mencionados anteriormente, nos concede al menos, la justa duda que podamos tener respecto a la conversión genuina de ellos y de tantos otros.

LA FE: Sustancia de esperanza y demostración de lo invisible

Según la cristiandad sin fe y sus líderes no regenerados, la fe es una supuesta fuerza en sí mismo, creencia filosófica o religiosa. También para ellos, la fe es un ejercicio de poder con el cual el individuo puede llegar a crear “su propio universo de circunstancias”. Así lo enseñaba los falsos maestros David Y. Cho, Earl Paulk, Kenneth Copeland, Robert Shuller, y tantos otros desde décadas pasadas. No olvidemos que sobre la base de estas falsas y diabólicas enseñanzas, se ha llegado a decir que la fe se traduce en expresiones tales como: “decrétalo, reclámalo, visualízalo, confiésalo, etc.” Ciertamente una de las muchas doctrinas de demonios que tendremos que discernir en los últimos días. (1ª Timoteo 4:1).

Pero la falsa doctrina de la fe, queda evidentemente expuesta ante la colosal e infalible Palabra de Dios. Según la carta a los Hebreos 11:1 la fe es: “…la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.” (VRV1960) Otra versión dice: “Es pues la fe la sustancia de las cosas que se esperan, la demostración de las cosas que no se ven” (VRV 1909).

 La biblia describe a la fe sobre la base de dos columnas. Primero, la certeza, sustancia o esencia de esperanza, y segundo, la convicción o demostración de lo invisible. Esta precisa y concisa definición, no acepta ninguna cabida a aquellas profanas descripciones y significados que se le ha asignado a este don de Dios llamado fe, que por lo demás, es el único medio de gracia para alcanzar salvación.

La biblia dice que la fe es un don de Dios (Efesios 2:8-9); que es el medio de justificación (Romanos 5:1); que es el medio para agradar a Dios (Hebreos 11:6); que es el medio de preservación de la salvación (Hebreos 10:39); y que es el “escudo para apagar los dardos de fuego del maligno” (Efesios 6: 16). La fe, es en definitiva es la esencia de la vida del creyente; necesaria e imprescindible para el tránsito en plano temporal, previo a la eternidad futura. No en vano la escritura dice que “el justo vivirá por la fe” (Habacuc 2:4, Romanos 1:17, Gálatas 3:11, Hebreos 10:38). Finalmente, no podemos olvidar que el autor y consumador de la fe, es nuestro bendito Señor y Salvador Jesucristo (Hebreos 12:2).

Sin embargo, la pureza de la fe bíblica, en estas últimas décadas ha pretendido ser reemplazada por un presumido poder en sí mismo del individuo; quien gracias a su esfuerzo y auto-confianza, sería capacitado para lograr las cosas más increíbles; apuntando siempre a la prosperidad, salud física, felicidad y placeres temporales. Es la marcha sin cesar de una humanidad “cristiana” que anda por vista y no por fe. La biblia dice:

“Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron” Juan 20:29

“porque por fe andamos, no por vista” 2ª Corintios 5:7

“En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas,  para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso” 1ª Pedro 1: 6-8

“Cristianos” sin fe al final de los tiempos.

El pasaje selecto de las santas escrituras que encabeza este artículo, “…cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?”(Lucas 18:8), es una reveladora profecía de nuestro Señor Jesucristo que nos permite comprender la característica de los últimos tiempos. Sin dudas, esto nos habla de una generación sin fe. Aunque podemos hablar de muchos que sí mostrarán credulidad o supersticiones, y lo creerán todo; sin embargo, los últimos tiempos estarán marcados por “una cristiandad sin fe” que buscará “señales” para afirmar sus supuestas convicciones, y cuyos líderes irán desertando y volviendo atrás. Es la apostasía predicha por la infalible Palabra de Dios (1ª Timoteo 4:1, 2ª Timoteo 3:1, 4:3-4).

Ahora bien, apelando a la fiel descripción que la biblia entrega acerca de la fe, podríamos decir que el cristianismo oficial, no tiene “certeza o sustancia de esperanza”, ni tampoco demuestra que le ha creído a Dios. En otras palabras, podríamos razonar la misma pregunta de nuestro Señor Jesucristo, a la luz de su propia profecía y de toda la escritura, diciendo lo siguiente: “…cuando venga el Hijo del Hombre, ¿Habrá alguien que le esté esperando? Evidentemente, hoy cada vez menos iglesias hablan de la venida inminente de Cristo y de los acontecimientos del porvenir. Las instrucciones de los líderes actuales, solo apuntan a despreciar las profecías y todo lo que tenga que ver con la escatología. Muchos fueron cautivados por la erudición como la del líder bautista del Sur de los Estados Unidos Al Mohler, quien hace años promulgó la falsa enseñanza del “triaje teológico”, con la cual relega a las profecías y la temática escatológica al tercer grado de importancia.

Sin embargo, debemos considerar que las profecías bíblicas siempre han sido “la carta de navegación” del creyente. No se puede prescindir de esta verdadera “brújula” que nos permite tener la claridad sobre la dirección del puerto final y de la ruta que nos lleva hacia allá. Pero la cristiandad oficial, que no tiene certeza de esperanza ni convicción de lo invisible, no solo ha perdido “la brújula”, sino que, deliberadamente la ha guardado y la ha olvidado en el baúl del recuerdo. Ahora es “ver para creer” la consigna que mueve a la cristiandad sin fe.

Por tal razón, hoy se hace evidente la pérdida de dirección y de perspectiva de la iglesia. Gran parte de las congregaciones están corriendo tras intereses presentes y solos presentes; sobre la base de la consigna de que la iglesia es “sal de la tierra y luz del mundo”, pretendiendo con ello, impactar a la sociedad de modo de volverla hacia Cristo. Y para hacer más efectiva esta iniciativa, los líderes están produciendo una nociva parcialidad política, diciendo deliberadamente que sí debemos acudir a aquellos partidos políticos que guardan la moral “judeo-cristiana”; por lo tanto, agregan, esa la vía que la iglesia debe mantener, promocionar y defender.

Con esta premisa humanista [no bíblica], se está polarizando la iglesia entre la visión de ultra derecha o izquierda, lo que lleva inevitablemente a perder la perspectiva celestial y la posición autónoma que siempre debe tener el pueblo peregrino y extranjero en este mundo. Ciertamente, este gran error se lo debemos a líderes que han abandonado la verdadera fe, y que por consiguiente, alimentan con vanas esperanzas a una cristiandad sin fe. Jeremías decía:

“No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová” Jeremías 23:16

Amados hermanos, Dios es soberano y tiene el control de todo lo que está pasando en el mundo, y que pasará en el futuro. Nosotros, ya somos sal de la tierra y luz del mundo, lo que no significa que detendremos en lo absoluto lo que ha de ocurrir. Esa es la fe que debemos defender y preservar en ella. Descansamos en las promesas de Dios que es nuestra verdadera esperanza. Y aunque no lo vemos, lo creemos con todas nuestras fuerzas.

La cristiandad sin fe se mueve por vista. Es la circunstancia que la alimenta y que la impulsa a seguir. Pero los justos vivirán por aquella invisible certeza de la esperanza bendita en las promesas de Dios; y demostrarán que han creído, porque aunque no vean nada; y aun mas, vean todo en contra, seguirán perseverando hasta el fin camino a la redención final. Jesus decía:

“Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca” Lucas 21:28

Cristo viene. ¡Amén sí, ven Señor Jesús. Maranata!

PEL 08/2019


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