“Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios” 1 Pedro 4:10

Todo lo hemos recibido como regalo de Dios. Desde que confesamos con nuestra boca y hasta la capacidad de servir en la iglesia, es fruto de la gracia de Dios.
Ahora bien, como nos señala el texto, la gracia o el don que cada uno tiene, y cuyo deber es ponerlo en servicio de los demás, es multiforme, es decir, se manifiesta de muchas maneras.

Jamás debemos pensar que la iglesia esta compuesta por miembros cuya actividad debe ser solo una. Todos tenemos diferentes funciones dentro de la iglesia y cada función tiene la misma importancia para la edificación de los creyentes.
Sin embargo, es muy frecuente encontrar una especie de anulación mutua entre los hermanos según el don y el propósito del llamamiento que cada uno tiene.
El que es llamado a evangelizar, a veces pretende restar importancia al que esta llamado a enseñar, o aquel hermano que fue llamado para servir, puede que no valore al que esta llamado a presidir, etc. etc.

Así es como se ve esta especie de “anulación” entre hermanos y entre ministerios. Algunos defienden a la evangelización como la única función suprema de la iglesia, otros elevan el discipulado, otros la apologética, otros el servicio, etc., a la postrer, cada uno pretende estandarizar a la iglesia como si ésta fuera un organismo “mono función” . Hermanos, la gracia es multiforme.

Amados hermanos, todo es bueno y provechoso para la iglesia cuando se hace para la gloria de Dios. Tanto el que evangeliza, o el que enseña, o el que advierte al rebaño de falsas doctrinas, o aquel que fue llamado para servir a las mesas, ES NECESARIO y tiene la misma importancia dentro de este organismo multiforme llamado Iglesia.

PEL2006

 

 

 

 

Categories: Devocional

0 Comments

Deja una respuesta

Avatar placeholder

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *